El ras del descenso se acerca y obliga aún más al Real Zaragoza

Poco a poco el ras que marca la primera plaza de descenso a Segunda B (la 19ª) va subiendo su cota. En las últimas tres jornadas, el ritmo de suma de puntos del grupo de equipos que llevan toda la temporada viviendo en las seis o siete últimas posiciones ha adquirido un ritmo superior al experimentado anteriormente. Como suele ser habitual cada año cuando la liga se acaba, los marcadores empiezan a ser menos previsibles, más extraños y sorprendentes.

El Real Zaragoza, que empezó esta jornada intersemanal (la 32ª) que hoy jueves concluye con cuatro puntos de ventaja sobre la frontera letal de la que huye, iniciará el partido crucial de esta noche ante el Cartagena con tan solo dos. Los rivales directos le han recortado a la mitad su leve colchón, lo que obliga aún más a los aragoneses a ganar a los murcianos.

En la noche del miércoles ganó el Castellón 0-1 en Albacete, que es el primero de los implicados que parece desfallecer. Y el Sabadell le arañó un punto de oro al Girona (2-2), uno de los aspirantes al ascenso. El martes, el Alcorcón había igualado 1-1 con el Oviedo; y el Logroñés, 2-2 en Ponferrada. El zafarrancho de combate es constante.

Estos comportamientos de los adversarios directos empujan al Real Zaragoza a un esfuerzo mental extraordinario, mucho más porque, como suele ser habitual en muchas jornadas, es el equipo aragonés quien cierra el carrusel de fechas y horarios de cada cita del calendario. Es una presión añadida que procede de los efectos secundarios que ocasiona saber los marcadores de los demás, algo que en vestuarios con la personalidad y la veteranía repartida en dosis muy ajustadas, es causa de vértigos que se evitarían ocupando otras franjas horarias (lo de jugar todos a la vez, a la vieja usanza, es ya un imposible por los siglos de los siglos).