Vuelve la liga de fútbol en Tercera, con el "aviso a navegantes" del caso de las apuestas en Aragón

El próximo fin de semana regresa la primera competición aragonesa, con las secuelas vivas tras el archivado asunto, por falta de pruebas, que puso en alerta a todos sus actores.

Imagen del Cuarte-Robres, uno de los partidos del año pasado puestos en tela de juicio por la denuncia que originó en mayo el caso del posible fraude por apuestas en el fútbol regional aragonés.
Imagen del Cuarte-Robres, uno de los partidos del año pasado puestos en tela de juicio por la denuncia que originó en mayo el caso del posible fraude por apuestas en el fútbol regional aragonés.
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Regresa el fútbol de Tercera División el próximo fin de semana en Aragón, con 20 equipos que van a disputar una igualada competición, la primera en orden de rango del fútbol regional aragonés. Almudévar, Belchite 97, Binéfar, Borja, Brea, Cariñena, Caspe, Ejea, Fraga, Illueca, La Almunia, Monzón, Robres, Sabiñánigo, Sariñena, Tamarite, Tarazona, Teruel, Utebo y Valdefierro conforman el reparto de participantes en este curso 2017-18. Y este torneo, referencial en el mundillo del balompié aficionado en la comunidad autónoma, tendrá un envoltorio bien distinto al de cualquier año anterior.

En esta ocasión, todo viene impregnado por el "aviso a navegantes" que ha supuesto durante el verano el caso de la denuncia por apuestas fraudulentas que alborotó durante largas semanas a centenares de actores relacionados con esta categoría. Al final, el asunto fue archivado por el juez, por falta de pruebas consistentes. Pero entremedias hubo un procedimiento policial, con citaciones, en calidad de testigos (nunca imputados o investigados) ante el Grupo de Blanqueo de Capitales de la Policía Nacional, que puso en alerta y máxima tensión a futbolistas, entrenadores, directivos, árbitros y federativos desde finales de mayo hasta finales de julio. Un  asunto en el que hubo denuncias, sospechas, declaraciones juradas, explicaciones públicas, iniciativas de la Federación Aragonesa de Fútbol, investigaciones y, sobre todo, miles de mensajes cruzados en privado por parte de los protagonistas de este seguido y extendido ámbito del fútbol 'amateur' de primer orden en Aragón, la Tercera División.

El estallido surgió en la penúltima semana de mayo, recién concluida la pasada liga. Una denuncia del entrenador de un club (Humberto Arto, del descendido Escalerillas), poniendo en duda la limpieza en determinados partidos en los que fue protagonista otro club (el Robres) al final del torneo, fue el origen de todo. El Cuarte 6-Robres 2 y el Cariñena 3-Robres 1, de las últimas jornadas de la competición fueron nombrados en la notificación del denunciante. El sustrato de esa posible conducta fraudulenta de algunos jugadores del Robres, se sugería, estaría relacionado con las apuestas en Aragón, dado que desde hace un tiempo existe la posibilidad de jugar alrededor de los partidos de la Tercera aragonesa en las casas de apuestas con matriz en la región.

El lío se precipitó en pocas horas, recorriendo todos los sectores del fútbol regional sin remedio. La Federación, que algo se olía hacía tiempo en relación a este tipo de cuestiones, dos meses antes, en marzo, había creado una novedosa 'Comisión de integridad y prevención de prácticas irregulares en el fútbol'. Lo ocurrido en otras territoriales, casos de Andalucía, Valencia o Cataluña (el reciente caso Eldense, con una mafia italiana de apuestas detrás de la compra-venta de partidos y de resultados, en Segunda B, fue noticia de alcance mundial), ponía en alerta a los federativos que encabeza Óscar Fle. Fue nacer esta comisión y recibir trabajo de envergadura en apenas 40 días. Nació ad hoc. "Apuestas y fútbol aficionado son una mezcla peligrosa", había declarado Fle en HERALDO DE ARAGÓN el 18 de marzo.

El entrenador del Escalerillas, su colega del señalado Robres (Diego Allueva), el presidente de este club oscense (Sergio Moreu)... fueron los primeros en pasar por la Jefatura Superior de Policía para testificar en la medida de lo posible sobre el espinoso tema puesto en tela de juicio. Después, desfilarían diferentes futbolistas del club monegrino. Repetirían algunos protagonistas visita ante la autoridad policial. La referida comisión federativa también inició su investigación a la par, llamando a la sede de la Federación a los mismos protagonistas. El paso de los días, de las semanas, derivó en posiciones de máxima cautela por parte de todos los emergidos a primera línea de actualidad por el propio proceso de las cosas. El asunto era feo, molesto, peligroso, impopular. Y nadie quiso, o pudo, o decidió llegar más lejos. Y, el 27 de julio, el titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Zaragoza decretó que la denuncia por el amaño de partidos que afectaba al Robres quedaba sobreseída y archivada por falta de pruebas consistentes. 

La congoja que rodeó a una parte del fútbol regional aragonés en los dos meses previos a este carpetazo judicial liberó todas las endorfinas de los afectados y sus cercanos. Lo mismo a futbolistas, que a entrenadores, que a directivos, que a federativos o árbitros. "Esto va a servir como un sonoro aviso a navegantes a partir de ahora", se declaraba en la sede federativa con cierto alivio. Lo de Aragón quedaba en peccata minuta para lo que pudo haber sido de haber llegado más lejos la acusación, la aportación probatoria o de haber encontrado la Policía algún móvil de turbios manejos en la raíz del caso. Nada de esto ocurrió.

El nuevo escenario que surge para los mismos actores

Este próximo fin de semana volverá a rodar el balón en los campos de la Tercera aragonesa. Y la mayoría de quienes vivieron con incertidumbres y angustia aquellos ásperos días de mayo, junio y julio (muchos más de los que realmente afloraron a la luz pública) volverán a ser protagonistas en los principales campos de Aragón. Pero, tras este "aviso para navegantes", el escenario ha cambiado.

La propia Federación Aragonesa de Fútbol se apresuró a elaborar, durante esos días de temores y dudas en muchos puntos del balompié de la región, un reglamento específico para sancionar, en los sucesivo, "la participación de futbolistas, entrenadores, directivos, árbitros y federativos en los juegos con contenido económico referidos a partidos con los que tengan una relación". No es baladí la frase, no es cualquier cosa este abanico de posibles señalados en el futuro por este tipo de prácticas fraudulentas.

En efecto, el listado incluye a los jugadores, a los técnicos, a los dirigentes de los clubes, y también a los árbitros y a los propios federativos. Nadie queda exento de responsablidad previa en caso de mala praxis de su labor en el mundo del fútbol aficionado en Aragón. Y las multas establecidas, en caso de que se descubra algún fraude con las apuestas de por medio, oscilará entre los 600 y los 6.000 euros, además de la pérdida, en su caso, de los puntos en juego, la deducción de 3 puntos en la clasificación, el descenso de categoría, la celebración de partidos en campo neutral, la clausura del terreno de juego de 4 jornadas a una temporada, la imposibilidad de ocupar cargos en la Federación o la suspensión de la licencia entre 2 y 5 años, contemplándose la inhabilitación total en caso de reincidencia. Palabras mayores.

Simultáneamente, se conocía, el 8 de agosto, que el gasto en apuestas deportivas bate récords en Aragón y roza los 32,5 millones en el primer semestre de este año 2017. La fiebre de este tipo de juego, con solo 4 años de vida en la comunidad autónoma aragonesa, va en aumento, con una enorme incidencia en la población más joven. Ingresos millonarios. Un pingüe negocioManejo semanal de un volumen de dinero que pronto superará al que se mueve en los bingos. Son los datos que maneja la Dirección General de Justicia e Interior. Pese a que "la banca siempre gana" (máxima del negocio del juego), apostar con el fútbol -y otros deportes en boletos combinados- como cebo se ha convertido en un vicio cada vez más capilarizado entre la sociedad aragonesa (como en el resto de España).

El Gobierno de Aragón tiene las competencias sobre el juego. Y las apuestas van a seguir vigentes, con la Tercera División, en principio, activa en su nicho de oferta para los jugadores cada semana. Así que el riesgo, por este flanco, no decrece. En todos los rincones de la actividad futbolística de este categoría, semana a semana, están seriamente advertidos tras lo ocurrido este verano de 2017. Además de ser honrados, como la mujer del César, deben parecerlo. Determinadas actitudes, conductas y modus operandi durante los días previos a los partidos del fin de semana ya no serán solo un chascarrillo. La presencia de teléfonos móviles en los vestuarios, que se encienden en los descansos como hábito, tampoco deberían ser hechos tan secundarios o intrascendentes como lo han parecido hasta ahora. Lo que hasta hoy fue solo motivo de comentario, pasa a tener un estatus diferente tras este caliente verano en el fútbol 'amateur' aragonés.

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