Como ya sucediera en enero del 2012 tras un Clásico de Copa del Rey en el Camp Nou entre Barcelona y Real Madrid, Jose Mourinho volvió a elegir el parquin para desatar su ira. El técnico portugués entendió que su equipo, el Roma, había sido perjudicado en la final de Liga Europa ante el Sevilla, ganada por los andaluces en la tanda de penaltis tras acabar el tiempo reglamentario y la prórroga con empate.

Mourinho, hora y media después del partido, se dirigió a una furgoneta blanca en el parquin del estadio para recriminar las decisiones arbitrales. "Fucking UEFA", dijo en varias ocasiones según se puede apreciar en algunos vídeos. Unas palabras por las que le puede ser sancionado.

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“Es una puta vergonha", le gritó indignado Jose Mourinho al colegiado inglés Anthony Taylor, minutos después de perder, en lo que fue una prolongación de su rueda de prensa, en la que se quejó del trato recibido por los trencillas.

"El árbitro parecía español... Nos vamos a casa muertos por una injusticia", denunció antes de esperarlo en el aparcamiento. "La influencia de los árbitros en nuestros partidos es una cosa a la que ya estamos acostumbrados, pero en una final europea no me lo esperaba", añadió en sala de prensa.

"Basta con ver la boca de Ibáñez y se entiende todo, con ver a Lamela que ha tirado un penalti y que tenía que haber sido expulsado; basta con ver que el equipo que jugó mejor en el primer tiempo es el que ha terminado con tres amarillas. Pellegrini se cae y es amarilla, Ocampos simula y no hay amarilla", señaló. Y es que la derrota dejó muy tocado al conjunto 'giallorosso', que llegó a Budapest con la ilusión de levantar el segundo trofeo europeo consecutivo.