Chema Arguedas: "Es más sencillo escribir un libro que bajar de las seis horas en la Quebrantahuesos"
Arguedas Lozano (Zaragoza, 1965), referencia nacional en el entrenamiento de ciclistas, acaba de publicar su décimo libro sobre preparación.
¿Lleva la cuenta de sus libros? Hace un par de meses publicó uno. Ahora, otro.
En total son diez. Los dos últimos: ‘Pedaladas bajo techo evolution’ y ‘Potencia tus pedaladas II’. Este último lo firmo con otros cuatro autores y es un proyecto gestado hace dos años durante el confinamiento.
¿Qué tiene este que no tengan otros?
Es más complejo y específico. Es el primer libro escrito sobre el análisis de datos de potencia.
¿Qué permite eso?
La potencia es el parámetro que ha cambiado el entrenamiento ciclista. Y nos permite personalizar al detalle la preparación. Hasta ahora, el entrenamiento clásico era como ir a comprarte un traje de una talla ‘x’ en unos grandes almacenes. Pero hacerlo con análisis de datos es como ir a un sastre y hacértelo a medida: se personaliza en función de la fisiología de cada individuo.
Esto es una revolución.
Sí, esto explica en gran medida la irrupción de ciclistas muy jóvenes de gran nivel como Pogacar, Evenepoel, Van der Poel o el español Juan Ayuso.
¿Qué cuesta más? ¿Escribir un libro de ciclismo o bajar de 6 horas en la Quebrantahuesos (QH)?
Para bajar de 6 horas en la QH no solo hay que meter muchas horas de entrenamiento sino tener también una genética privilegiada dentro de lo que es el ciclismo recreativo. No está al alcance de cualquiera. Yo la tengo en 6 h 14’, así que… Escribir es más sencillo.
¿Cuál es el secreto para que sus libros sobre algo tan específico como el entrenamiento ciclista hayan sido ‘best sellers’ como una obra de Ken Follet?
Porque no había libros tan accesibles para el aficionado. ‘Planifica tus pedaladas’ fue un ‘boom’ porque algo complejo se explicó de un modo que el ciclista de la calle lo podía entender. La clave ha sido emplear un lenguaje y un enfoque muy amenos. Y, si seguías las pautas recomendadas ahí, se mejoraba de forma espectacular. Si en tu ‘hobby’ encima disfrutas viéndote progresar…
Su penúltimo libro está centrado en el entrenamiento en rodillo, en casa. ¿Las bicicletas son ahora también para el invierno?
Sí. Salvo los ciclistas profesionales o que quieren serlo, el resto de los mortales no tenemos tiempo, menos aún en invierno. Entre semana, hay mucha gente que entrena en rodillo. Ahora, los rodillos virtuales nos dan muchas posibilidades porque no son aburridos. Y con la pandemia ha habido un ‘boom’ en las ventas de una herramienta que es muy útil y eficiente.
¿Hay algún caso con el que haya trabajado del que se sienta especialmente orgulloso?
Uno al que le dijo el médico con un ultimátum que tenía de todo: hipertensión, colesterol, sobrepeso… En dos años sus analíticas cambiaron tanto que le cambió la vida. O un compañero de trabajo, sedentario, que pesaba 106 kilos y acabó haciendo la QH. Y era mesa, sofá y sentarse a trabajar.
Entre la gente que ha asesorado y entrenado hay de todo tipo y condición.
Sí, he llevado al actor Santi Millán, al seleccionador de fútbol Luis Enrique, al periodista Manel Fuentes… Pero también gente anónima y de diferentes sectores: ahora llevo incluso a un cardiólogo.
¿Cómo explica la actual fiebre de la bicicleta? Ya no hay casa sin bici en el trastero ni raqueta de pádel en el armario...
La bici no es lesiva y es muy accesible. Hay todo tipo de gamas. Además, engancha mucho. Y se está viendo que la gente quiere mejorar en el tiempo que invierte. Por eso, la demanda solicitando servicios de entrenamiento ha crecido tanto. Está siendo bestial. En mi caso, solo trabajo con un número determinado. Si no, es imposible. Todas las semanas recibo correos solicitando servicios. Si sales con gente que entrena mucho y anda mucho, te das cuenta de que puedes marcarte retos que ni de lejos podías plantearte: si lo haces bien, mejoras una barbaridad.
