COMO DECÍAMOS AYER

Las salas de cine más emblemáticas de Zaragoza van apagando sus luces

Los Buñuel fueron los últimos en echar la persiana en 2007, acuciados por la escasa afluencia de público en un momento en que la industria se preparaba para dar un nuevo giro estratégico. Ya no había cabida para los pequeños cines, devorados por las grandes superficies.

Cine Gran Vía
Las salas de cine más emblemáticas de Zaragoza van apagando sus luces
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Decía Truffaut que "el cine es mejor que la vida". Tal vez afirmaba esto porque al ver una película nos identificamos con sus protagonistas y las situaciones en las que se desenvuelven los personajes. Se puede ir más allá y decir que ver cine es una experiencia esencial en nuestra vida. Es una forma de aprender, de sentir, no solo a través del séptimo arte, sino también de las vivencias que acompañan al espectador, impregnándole de recuerdos: la primera cita con esa novia o novio para ver un filme romanticón, las frases memorables de aquella comedia que siempre se recuerda con los amigos en una reunión, las pelis de dibujos a los que nos llevaban nuestros padres...


La exhibición cinematográfica sobrevive en Zaragoza pese a la amenaza constante de la piratería y de otras formas de consumo audiovisual. Pero antes que el actual formato de multisalas, ubicadas en su mayoría en centros comerciales, dominaba otro tipo de cines: lugares con sabor, en ocasiones rancio, testigos del paso de los años y de la historia del cine, que permanecerán en el recuerdo de quienes tuvieron la suerte de frecuentarlos.

Última sesión

Hoy en día la proyección de películas no conserva el esplendor de épocas pasadas. Aunque en 2011 la ciudad contará con 72 salas, se estrenan menos películas que en décadas anteriores, cuando el número de locales era bastante inferior. Atrás queda la nostalgia de aquellos cines de barrio, en los que se proyectaban reestrenos de películas a menor precio, funcionaba la reventa de entradas, los estrenos multitudinarios en el Palafox y el Fleta, las sesiones dobles, o cuando el Elíseos fue cine de arte y ensayo para más tarde ser una de las primeras sedes de la Filmoteca.


En las últimas décadas han desaparecido varios cines que forjaron las ilusiones de muchos espectadores: París, Argensola, Coliseo, Fleta, Mola, Goya, Aragón, o Buñuel... fueron los últimos. Anteriormente hubo muchísimos más: Coyne, Ena Victoria, Farrussini, Circo, Gran vía, Roxy, Rialto, Dux, Coso, Delicias, Salamanca, Torrero, Venecia, Pax, Frontón Aragonés, Actualidades, Alhambra... una lista mucho más amplia de la que aquí se cita. Amparo Martínez, profesora de Historia del Cine de la Universidad de Zaragoza, es quien mejor ha profundizado en la historia de la exhibición cinematográfica de la ciudad a través de sus obras 'Los cines en Zaragoza (1896-1936)' y 'Los cines en Zaragoza (1939-1975)'.

El fin de una era

Los Buñuel fueron los últimos en echar la persiana en 2007, acuciados por la escasa afluencia de público en un momento en que la industria se preparaba para dar un nuevo giro estratégico. Ya no había cabida para los pequeños cines, devorados por las grandes superficies que ofrecían mayor oferta de ocio y servicios. Así, en los 90 nacieron los Augusta, Warner, Renoir (más especializado en versión original y cine de autor), Yelmo y Aragonia. Y próximamente habrá más salas en Puerto Venecia. En Valdespartera, barrio ligado al cine a través de sus calles y de su historia, se construirá un nuevo centro comercial que, por el momento, no prevé contar con cines debido a la consolidación del resto de salas existentes en la ciudad.


Uno de los cierres más tristes fue el del malogrado Teatro Fleta, en 1998. Se inauguró en 1954 como Teatro Iris en uno de los solares donde se ubicaba el complejo Iris Park, abierto en 1931. Cambió su nombre por el del tenor aragonés a iniciativa de HERALDO DE ARAGÓN, en 1958. Tras doce años de obras y proyectos, lo poco que queda del Fleta sigue buscando un final, aunque no sea feliz.