VIDEOJUEGOS

La prehistoria de la Wii, en Retromañía

Dos niños juegan con uno de los Atari ST instalados en el aula de simuladores de Retromañía 2009.
La prehistoria de la Wii, en Retromañía
Diego García

Los videojuegos de los ochenta no tenían gráficas en tres dimensiones, ni pantallas planas o mandos sin cables. Eran sencillos: puntos, rayas y poco más. Pero suficientes para emocionar a toda una generación. El tercer certamen de Retromañía se ha acordado de esos jugadores de dos dimensiones y entre otras cosas ha organizado una exposición en el Centro Politécnico Superior de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Zaragoza (c/María de Luna, 1). Todo el que acuda allí podrá ver y tocar los procesadores de esos años, desde el Spectrum hasta las últimas consolas que se comercializaron en el siglo XX.

 

La muestra ha sido organizada por Retroacción, una asociación que se encarga del estudio y la divulgación de la informática clásica. Con las cerca de cincuenta máquinas (creadas en los ochenta y noventa) expuestas en vitrinas, buscan mostrar a los visitantes la evolución de los videojuegos desde su primera generación. Ahí se pueden ver las clásicas 'maquinitas' Game & Watch, con juegos como 'Donkey Kong', hasta la Nintendo DS y Play Station.

 

También se puede jugar con ellas. "Tenemos una sala con clásicos como 'Tetris', 'el Comecocos', 'Simon' o 'Space Invader", dice Jaime Lapeña del Río, miembro de Retroacción. En un aula del CPS se han instalado simuladores del Spectrum, Commodore 64, Amstrad CPC y el MSX, antecesores de las modernas consolas de la actualidad y desconocidos por muchos. "Eran ordenadores de apenas 8 bits", cuenta Lapeña. Años después se crearon los de 16 bits, 32 bits, 118 bits...

 

Para la mayoría lo más reconocible en la muestra son las consolas del Nintendo 64 o la primera Play Station, aún muy distantes de las ultra veloces consolas con las que juegan los jóvenes de hoy. Aunque también hay objetos menos populares como la Virtual Boy de Nintendo. Un aparato del que solo se comercializaron unos pocos miles de ejemplares en Japón y Estados Unidos. Se trata de una de las primeras consolas tridimensionales, que constaba de unas gafas con las que el jugador veía lo que estaba pasando.

 

Curiosamente, los visitantes más numerosos han sido niños, que han hecho excursiones con sus colegios para conocer lo que fue el mundo digital de sus padres.

 

"También se han acercado muchos alumnos en sus pausas y algún profesor de la facultad", asegura Jaime Lapeña. De hecho, el evento se enmarca dentro de la Semana de la Ingeniería que se celebra la Universidad de Zaragoza.

Más que una exposición

Sin embargo, Retromañía también ha preparado otras actividades para recordar esa primera generación de juegos por ordenador. Desde la semana pasada han montado una muestra con las mejores portadas para videojuegos que Alfonso Azpiri dibujó en esos años. Él es el dibujante que creó personajes de cómics que tuvieron bastante éxito como 'Lorna' y 'Mot', una mercenaria intergaláctica y un monstruo que incluso dieron lugar a su propio videojuego.

Aparte de la exposición, el dibujante visitó Zaragoza para presidir ayer una mesa redonda en la que se habló del arte gráfico en los videojuegos. Hoy habrá otra en la que se hablará de la producción y distribución del videojuego en España, desde los pioneros hasta la industria actual.

 

Retromañía se clausurará con un concierto de Rock'n Ryver, "un retroconcierto", como dice Lapeña, de música electrónica, pero de los ochenta. Será el viernes 13.