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Cuadernos de viaje del Plata

El curso 'De vuelta con el cuaderno', pionero en España, reúne en Zaragoza a reconocidos artistas y profesionales del diseño y cuenta con 80 participantes. Durante tres días han plasmado la ciudad y hasta sus cabarés.

Cuadernos de viaje del Plata
Cuadernos de viaje del Plata
J. M. MARCO

Sus ojos vuelan del escenario del Plata al papel. En la semioscuridad parece mentira que puedan dibujar con tal precisión y hasta permitirse el lujo de colorear. Así, no es de extrañar que los cerca de 60 alumnos del curso 'De vuelta con el cuaderno', que hoy concluye en la Escuela Superior de Diseño de Aragón en Zaragoza, llamaran la atención de espectadores y cabareteros la noche del martes mientras tomaban apuntes en las páginas de sus diarios.

"Ha sido un espectáculo auténtico, en un ambiente extraño, sin apenas luz, en el que he conseguido olvidarme de todo excepto de lo que estaba contemplando y plasmando", explicaba ayer mientras mostraba su trabajo 'Lapin', un ilustrador francés afincado en Barcelona al que todo el mundo conoce por su apodo y su sombrero amarillo.

Enseña cerca de medio centenar de anotaciones sobre los números realizados a rotulador negro con algunos toques rosa que dan idea de su rapidez y minuciosidad. Este ilustrador 'free-lance', que hace dos años y medio dejó su trabajo como diseñador gráfico, nunca retoca 'a posteriori'. En su bolso guarda parte de sus libretas. Una pequeña negra, "en la que tomo apuntes rápidos en el metro", y sus joyas, viejos libros administrativos pautados para llevar la contabilidad que ha reciclado, uno de los últimos para un viaje a Japón, en mayo.

Jorge Arranz, dibujante de prensa y colaborador de 'El País' durante 25 años, practica esta modalidad artística, que en el siglo XVIIII estaba de moda entre la aristocracia británica, desde siempre, aunque asegura que no era "consciente" de ello. "Lo hago desde que tenía poco más de 11 años, empecé con los miembros de mi familia y sus peripecias y siempre he dibujado en la calle", cuenta este analista de Madrid a través de sus trazos. Se le puede considerar un 'urban sketcher', algo tan viejo y tan nuevo a la vez como un reportero que refleja el mundo de las calles dibujo a dibujo.

Sin miedo al papel en blanco

En el vestíbulo de la Escuela de Diseño espera a que los alumnos de su clase se reagrupen para salir a la ribera. Como profesor y ponente del curso, su consejo para las alrededor de 80 personas que asisten es sencillo: "No hay que tener miedo a dibujar y si hay un error, bienvenido sea, se trata de una metáfora. Lo que da validez al dibujo es la voluntad de decir algo, tienen que ser viscerales, tirarse a la piscina y no juzgar".

Javier de Blas, profesor de la Escuela Superior de Diseño de La Rioja, adopta estos días el papel de estudiante. "Es una de las pocas iniciativas de estas características que se pone en marcha en España y una oportunidad única para vernos entre nosotros y observar en vivo y directo cómo trabaja la gente, que es lo interesante", explica. Se queda con la anécdota en el Plata de esa artista que le subió a la tarima, se hizo una foto con él y le pidió que le regalara el retrato que había realizado sobre ella.

Uno de los equipos se dirige a la pajarería de la calle Prudencio dispuesto a vérselas con los animales. Al estar cerrada por vacaciones no tienen más remedio que buscar otro encuadre. Una vez en la calle de Alfonso I, José María Sánchez, director de arte de Madrid y otro de los conferenciantes del seminario, se queda en el interior del café 'El Real'. "Me gustán los cafés, tengo pintados todos los madrileños", dice antes de ponerse manos a la obra. Aunque por su profesión pasa horas delante del ordenador, su placer "personal e íntimo" son los cuadernos de viaje.

"Suelo viajar 3 o 4 meses al año y para mí son tan útiles como la brújula y el plano. Es una forma de conocer los países y a las personas, porque te fijas en casi todo, y también de relacionarte con la gente, que te observa como si tuvieras un don", cuenta desde su experiencia. De hecho, en China los utilizaba para comprar los billetes de tren y entenderse con los dependientes.

Para muchos de los asistentes sus obras han sido un auténtico descubrimiento, porque no se prodiga en las redes sociales ni se mueve por internet. Gran parte de los participantes se conocen y se siguen gracias a los blogs devueltaconelcuaderno.blogspot.com y urbansketchers-spain.blogspot.com. No faltan las quedadas para dibujar, como la del 24 mayo en el Canfranero, en el que viajaron 22 cuadernistas.

En la plaza del Pilar, buena parte de los participantes optan por sentarse en las terrazas frente a algo fresco. Las posibilidades que tienen ante sí son infinitas. Pepa Aoiz, profesora en la Escuela de Arte número 10 de Madrid, ha acudido con otras tres docentes del centro. "Para nosotras es un paréntesis en la rutina de nuestros trabajos y familias. Nos relajamos y aprendemos, porque el nivel de los ponentes y de algunos compañeros es muy alto", confiesa. Sus apuntes de las charlas son a base de divertidos retratos, frases entresacadas y un colaje con recortes del programa.

Pioneros en España

Este curso de cuadernistas es pionero en España. De la mano de la profesora de dibujo de la Escuela Superior de Diseño, Clara Marta, se organizó la primera edición el verano pasado en Jaca y ahora se ha convertido en el primer curso de escuela de verano del centro zaragozano. A lo largo de tres días, desde el jueves hasta hoy, se han sucedido charlas y talleres con itinerarios por la ciudad dirigidos por auténticos especialistas del género, como el dibujante Alfredo González, el diseñador oscense Isidro Ferrer, la pintora Marta Cárdenas y la portuguesa Mónica Cid. El resultado, una bacanal gráfica de la capital aragonesa, sus rincones y sus gentes.