Mr. Bean y su cuarto de siglo años dando la nota

No había cámaras, ni focos, ni claquetas. Tampoco actores, ni ayudantes de producción, ni director, porque no estaba previsto ningún rodaje. Lo que sí había era un gran escenario al aire libre, la amplia explanada situada frente al Palacio de Buckingham. Y allí apareció Mr. Bean, sentado en una 'chaise longue', amarrada con cuerdas al techo de su emblemático Mini color lima. Una escena cien por cien británica que acaparaba las miradas de los transeúntes, que lo señalaban sonrientes a la par que sorprendidos. Los turistas dirigían hacia el famoso cómico sus cámaras de fotos y sus teléfonos móviles ¿Qué hacía allí Mr. Bean si no era grabar una película, una serie o un anuncio?

Rowan Atkinson, el humorista que encarna al personaje más patoso de la televisión británica, se presentó este jueves frente a la residencia de Su Majestad la reina Isabel II para celebrar los 25 años de vida de Mr. Bean. No faltó su célebre 'invento' de limpieza, que no es otro que un palo de escoba unido con cinta aislante a otro de fregona, de tal forma que mocho y cepillo quedan en extremos opuestos (podrá dudarse de la eficacia del citado instrumento para dejar el suelo como los chorros, pero no de su capacidad para hacer que miles de telespectadores se tronchen de risa).

También hizo acto de presencia el inseparable compañero de payasadas de Mr. Bean, su entrañable osito 'Teddy', con el que se acurrucaba cada noche.

Ataviado con su descolorido traje y más hablador que de costumbre -claro que era fácil con poco que dijera, pues el personaje televisivo era mudo-, Mr. Bean anunció que su fiesta de cumpleaños sería íntima y tranquila. "Sólo mi amigo 'Teddy' y yo", informó. Aun así, no perdió la oportunidad de darse una vuelta en su coche cargado de regalos por los alrededores del Palacio de Buckingham, ni de hacerse unas cuantas fotos. Ni siquiera los agentes de la Policía metropolitana londinense pudieron resistirse a inmortalizarse en una instantánea junto al ilustre mimo.

"Bueno, es fantástico. Quiere decir, soy conocido en Brighton y Birmingham, todo el mundo me conoce", bromeó Atkinson. Y lo cierto es que, si no todo el mundo, buena parte de él, pues las disparatadas andanzas de Mr. Bean se estrenaron en la televisión británica en 1990, y de ahí se extendieron a países como Alemania, Estados Unidos, Francia, Japón o España. El personaje gustaba y, siete años después de su debut en la pequeña pantalla, protagonizó su primera película, a la que sucedería otra, una década después. En 2012, el simpático personaje hizo una aparición estelar en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres.

La celebración del aniversario de Mr. Bean concluyó con la recepción de una tarta con forma de número 25. "Es dulce, halagador, pero no ha ido a parar a mi cabeza", bromeó Atkinson.