Zaragoza

Font: "La silla recuerda que vivir es depender de los demás"

Jorge Font es un deportista mexicano con discapacidad desde los 19 años cuando practicando esquí tuvo un accidente que le redujo la movilidad del pecho hacia abajo.

Jorge Font
Font: "La silla de ruedas me recuerda que vivir es depender de los demás"

-¿Cómo se supera enfrentarse a una vida en silla de ruedas?

-No soy de recetas, lo que a mí me sirvió fue estar rodeado de cariño y de personas que me querían. Mis amigos me enseñaron que era más importante el sustantivo de mi nombre que cualquier adjetivo de la vida. Esto es lo que me ayuda a enfrentar los retos, saber que mi nombre y lo que yo soy es más importante que lo que puedo hacer.


-¿Magnificamos los pequeños problemas?

-En la crisis actual que vivimos no se banalizan los problemas, más bien se nota lo que es banal y se redescubre lo que de verdad importa. La crisis es como cuando baja la marea, sale lo bonito de los arrecifes.


-Su valor es la amistad. ¿Se alejaron de usted algunos amigos?

-Sí, hay gente que se alejó pero porque hay personas a las que les duele tanto lo que estás pasando que prefiere huir del dolor. Alejarse de las personas que lo están pasando mal en ocasiones es una defensa personal.


-¿El ser humano se vuelve egoísta cuando se rompe?

-Cuando lo pasas, hay veces que hay que atender lo que te está pasando en primer lugar. No creo que sea egoísmo sino una manera de ayudar a los demás. La mejor manera de ayudar a los demás es estar bien con uno mismo. Cuando te rompes, se rompe también el que te quiere; cuando te reconstruyes, ayudas a reconstruir a los demás.


-¿De qué aprendió más valores: del deporte o de la discapacidad?

-De los dos. El deporte es un engaño, un pretexto para descubrir lo que de verdad importa. El deporte me ha regalado un montón de cosas como plantearme metas, fracasar... Aprendí que ganar no es colgarse una medalla, ganar significa aprender de las circunstancias.


La diferencia reside en que al deporte entras por convicción y a la discapacidad lo haces de golpe y porrazo, la discapacidad no sabe de buenas maneras. De la silla de ruedas aprendes de la resignación en positivo, te obliga a reasignar lo que vale la pena y lo que no. Además, me hace recordar que dependo de alguien más, que tengo que pedir ‘por favor’ las cosas, que vivir es depender e interdepender de los demás.


-¿A qué le encontró el encanto después del accidente?

-A conocer a las personas. Me gusta sentarme a entender y meterme en la piel de otros para conocer mejor mi corazón.