Emigrantes aragoneses

"Decidí emigrar porque hay mucho por descubrir fuera"

Joaquín Perfonts, empresario zaragozano de 50 años, vive en Colombia desde hace 15 y se dedica a la distribución de productos aragoneses y españoles.

Joaquín Perfonts, con su mujer y sus hijas, en Cali
"Decidí emigrar porque hay mucho por descubrir fuera de Zaragoza"
J. P.

Joaquín Perfonts, empresario de 50 años, tiene el corazón dividido entre Colombia y Zaragoza. Nació en Zaragoza, pero lleva 15 años viviendo en Cali, a donde llegó por casualidad. Ahora está casado con una colombiana, tienen dos hijas y dirige una empresa que distribuye productos aragoneses y españoles.


En Zaragoza estudió Empresariales y había tenido distintos trabajos en empresas familiares y negocios de hostelería. Hasta que decidió lanzarse a la aventura. "Decidí emigrar porque el mundo es mucho más que Zaragoza, hay mucho por descubrir. Salí con la maleta llena de ilusiones hacia Colombia. Elegí Cali por casualidad, porque un amigo tenía familiares en esta ciudad. El principio fue muy duro. La distancia y la soledad las suplí con el entusiasmo por triunfar", afirma.


Después montó una empresa de distribución de productos españoles: vino, muebles, aceite de oliva, material eléctrico, lámparas, etc. Los negocios le van bien y su vida personal también. Se casó con una colombiana y hace dos años tuvieron dos mellizas.


Echa de menos Zaragoza, pero se siente muy a gusto en Colombia. "Cali es una ciudad donde es verano todo el año, con temperaturas entre 23 y 33 grados. Está ubicada a 1.000 metros de altura, en las estribaciones de los Andes. La vida es agradable y muy animada en fiestas y bailes. Es la capital mundial de la salsa", cuenta.


Desde fuera, ve muy mal la situación de España. "Ahora se está recogiendo lo que se ha sembrado años atrás debido al despilfarro generalizado y al buen vivir fomentado desde las instituciones públicas y los bancos. La corrupción transmite muy mala imagen al exterior", asegura.


Echa de menos a la familia, los amigos, el Pilar, las comidas como el ternasco y ver los partidos del Real Zaragoza. Sufre en la distancia con el equipo de fútbol de su ciudad. "Sufro como el que más los desatinos del Zaragoza. Lloré como un niño cuando bajó a Segunda. Y deseo que Agapito se vaya de una vez", opina este zaragocista desde Colombia.