Montañeros solitarios: protocolos de seguridad

Salir a la montaña en solitario comporta riesgos adicionales que hay que tener en cuenta para reforzar las pautas y protocolos de seguridad.

Estar solo ante cualquier peligro obliga a extremar precauciones y prestar la máxima atención.
Estar solo ante cualquier peligro obliga a extremar precauciones y prestar la máxima atención.
Montaña Segura

A las habituales pautas y protocolos de seguridad (planifica-equipa-actúa), el montañero solitario debe sumar los matices derivados de esa circunstancia de no ir acompañado. Tres lemas nos ayudarán a hacer más segura nuestra experiencia: lo menos difícil es más seguro; tu equipo es tu mejor compañero y atención plena en todo momento.

En la planificación, procuraremos seleccionar una actividad menos compleja que las que habitualmente afrontamos y evitar pasos expuestos, reducir dificultades para aumentar la seguridad. Descartaremos salidas con posible mal tiempo, calcularemos horarios para tener buenos márgenes ante imprevistos y tendremos un plan alternativo fácilmente realizable si nos toca que renunciar al objetivo principal. Dejar a alguien de confianza que vaya a estar pendiente de nuestro regreso una 'declaración de intenciones de montañeros solitarios', con los planes y detalles de nuestra salida, resulta de vital importancia (modelo en la web de Montaña Segura). También lo es no olvidarnos de cerrar el aviso al término de la actividad, para no disparar una falsa alarma.

Cuando hacemos montaña en solitario, el equipo es nuestro único compañero. Nos aseguraremos de llevar un calzado apropiado, ropa de abrigo, impermeable o cortavientos, gorra y protección solar, gorro y guantes (para alta montaña). No deberían faltarnos un buen mapa, brújula y GPS con la ruta cargada (el smartphone también es un GPS), móvil con la batería cargada, otra de repuesto, externa o cargador solar. Nos informaremos sobre los puntos con cobertura telefónica y llevaremos un botiquín completo y revisado (con manta térmica), frontal con pilas de repuesto y material técnico (piolet y crampones), si pensamos que podemos necesitarlo. Si la actividad es de día completo o de alta montaña, es una buena idea añadir un sobretecho que, con un cordino y los bastones de travesía, nos permitirá improvisar una tienda para resguardarnos.

Prudencia y máxima atención

Actuar con la máxima atención y precaución resulta clave cuando no hay nadie a nuestro lado para avisarnos o ayudarnos. Madrugar un poco más de lo habitual nos dará un margen extra de tiempo ante esos imprevistos. Es importante que intentemos comunicarnos con nuestra persona de contacto durante la actividad y que le avisemos de cualquier cambio de planes. Si se lo pedimos, los guardas de los refugios estarán atentos a nuestra situación especial de montañero solitario.

Cada cierto tiempo nos preocuparemos de confirmar la ruta con el mapa y el GPS, valoraremos nuestro estado físico y anímico y comprobaremos si estamos cumpliendo con los horarios previstos. Si tenemos que pasar por algún paso expuesto o que nos resulte confuso, procuraremos que algún otro montañero que se encuentre por la zona esté pendiente de nuestros movimientos. Si no es posible, lo mejor es no arriesgar y darnos la vuelta. Lo mismo haremos si apreciamos que la meteorología puede ponernos en situación de peligro.

Todos los años hay accidentes graves y rescates de montañeros solitarios. La montaña en solitario es menos segura porque ante una emergencia o accidente la capacidad de reacción, asistencia y aviso se limitan a los recursos y al grado de autonomía del accidentado. Por ello, si somos un montañero solitario, debemos añadir un reforzar el habitual 'planifica, equipa y actúa con prudencia', antes y durante toda la actividad.

Más noticias  en Unpaisdemontañas.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión