conectividad

Los frailes del convento del Olivar de Estercuel reclaman cobertura de telefonía móvil

Tienen que desplazarse a 300 metros del edificio en busca de conexión y usar ‘walkie talkie’ para comunicarse entre ellos mientras trabajan en los huertos.

Fray Fernando Ruiz busca cobertura para su móvil junto a un pino a 300 metros del monasterio.
Fray Fernando Ruiz busca cobertura para su móvil junto a un pino a 300 metros del monasterio.
Heraldo.es

Los monjes que viven en el monasterio de Santa María del Olivar, en Estercuel, piden ayuda para que este edificio religioso y el valle en el que se encuentra enclavado dispongan de cobertura de telefonía móvil. La reclamación es ya antigua, pues desde hace 25 años los frailes vienen intentando, sin éxito, que se instale una antena para dar servicio a la zona.

"Hemos hablado con la Diputación Provincial de Teruel (DPT) y con las compañías telefónicas, pero nada, no hay manera", lamenta el padre superior de la congregación de religiosos, fray Fernando Ruiz. Según destaca, al año unas 4.000 personas se alojan en el convento, convertido en hospedería, y alrededor de 8.000 visitan el monasterio. Además, cada 19 de mayo, día de Pentecostés, 800 peregrinos acuden al monasterio en romería.

"Tenemos días de grandes aglomeraciones y no disponer de cobertura móvil recorta los servicios que podemos ofrecer como lugar de interés turístico", advierte Ruiz. "Hoy en día -agrega- el acceso generalizado a la conexión por teléfono móvil es muy importante".

El convento tiene teléfono fijo y banda ancha en internet. Esto último, al haberse podido conectar mediante un proyecto de obras específico a una línea de fibra óptica que discurre por el núcleo urbano de Estercuel, pero no soluciona la falta de cobertura de telefonía móvil.

Los monjes y los huéspedes del monasterio tienen que desplazarse a 300 metros del edificio, junto a un gran pino que hay en la carretera de acceso, si quieren utilizar su teléfono móvil. Es el único punto en el que la señal de las antenas de los pueblos cercanos logra entrar en la hondonada en que se encuentra el convento.

"A veces está lloviendo y no nos queda otra que coger el paraguas y acudir al pino", relata Fernando Ruiz. Según explica, esa es la única manera de poder realizar transacciones económicas con los bancos desde el monasterio, pues allí, casi en mitad de la carretera, sí reciben de la entidad correspondiente y por el servicio de mensajes simples (SMS) el código necesario para poder hacer pagos.

Los frailes, cuatro en total, se ven obligados a usar ‘walkie talkie’ para comunicarse entre ellos mientras trabajan los huertos del monasterio o recorren el entorno del mismo, ya que resulta imposible enviarse un mensaje por WhatsApp. Cuando alguno de ellos olvida llevarse el transmisor portátil de radio, el interesado en localizarle tiene que coger la bicicleta e ir en persona a buscarlo.

Senderos por el valle

Para fray Fernando Ruiz, el teléfono móvil es necesario también por una cuestión de seguridad. Explica que el valle del monasterio está surcado de senderos acondicionados recientemente por la institución comarcal y por los cuales pasean a diario decenas de personas. "Un día, alguien puede torcerse un tobillo y no tiene cómo pedir ayuda", destaca el religioso.

Los proveedores de alimentos y otras mercancías que van con su camión al monasterio suelen perderse si no conocen el terreno y se encuentran con que no pueden recurrir al guiado por internet desde la pantalla de su teléfono móvil, un recurso muy generalizado entre los ciudadanos actualmente.

Ruiz señala, no obstante, que la falta de telefonía móvil en el monasterio tiene también su lado positivo. Son muchos los que confiesan haber elegido el convento para pasar unos días, precisamente, por el aislamiento que este ofrece. Otros consideran que las emisiones de las antenas y de los móviles son nocivas para la salud e igualmente por ello acuden al Olivar.

Sin embargo, otros muchos necesitan estar conectados con su familia o con su trabajo y demandan poder usar el móvil en cualquier momento. También muestran su sorpresa por esta carencia muchos clientes que, una vez alojados en el convento, quieren saber qué otros lugares de interés pueden encontrar en la comarca.

"La falta de cobertura está frenando el desarrollo turístico de la zona", dice Ruiz, quien no descarta grabar y difundir un vídeo que recoja las penurias de los monjes para poder utilizar sus teléfonos móviles.

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