Un varón de 21 años ha ingresado en la prisión de Teruel por orden judicial como presunto autor de la violación de una niña de 15 años ocurrida en un pueblo de la provincia el pasado jueves. La agresión sexual se produjo de madrugada, durante la celebración de las fiestas patronales de la localidad. Una fuente cercana a la investigación del caso ha explicado que el informe forense no dejó lugar a dudas sobre el uso de la violencia por el agresor.

La agresión sexual se produjo de madrugada en un callejón de una localidad turolense. El presunto agresor, un veraneante, acompañó a la víctima cuando está se alejó del foco de la fiesta y fue en ese momento cuando se produjo la violación. La víctima fue trasladada al hospital Obispo Polanco de Teruel y ya se encuentra en su domicilio. 

La Guardia Civil detuvo al supuesto autor al día siguiente de los hechos. La víctima y el denunciado prestaron declaración el pasado viernes en ante el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Teruel, Jorge Cañadas, que tras escuchar los testimonios ordenó el ingreso en la cárcel del presunto agresor, que se enfrenta a una pena de prisión de entre 12 y 15 años por agresión sexual a una menor de 16 años.

Por otro lado, la Guardia Civil intervino al detenido 180 euros en moneda falsa, aunque este negó saber que los billetes eran falsificados y afirmó no haberlos utilizado en compras en la localidad.

Una fuente vecinal ha explicado que la noticia de la agresión sexual ha generado una oleada de indignación en la localidad, donde un hecho de tal gravedad es totalmente excepcional. Ha añadido que el detenido había llegado al pueblo unas horas antes de cometer, presuntamente, la agresión. Llegó procedente de Barcelona por su amistad con un joven originario del pueblo.

A prisión por vulnerar la orden de alejamiento

Por otro lado, el juez Jorge Cañadas ha ordenado el ingreso en prisión de un hombre que vulneró la orden de alejamiento que se le había impuesto como medida cautelar tras una denuncia por violencia de género. El detenido tenía prohibido acercarse a menos de 1.000 metros de su pareja mientras se le investiga por lesiones agravadas, maltrato y amenazas.

Aunque tanto él denunciado como la denunciante portaban pulseras telemáticas para su ubicación y para impedir el acercamiento, fueron localizados por la Policía Nacional sentados en un banco del Centro Histórico de Teruel. Tras la detención del investigado, el magistrado ordenó su entrada en prisión provisional por haber ignorado la orden de alejamiento y por el peligro que entraña para la víctima esta acción.

El auto judicial de encarcelamiento señala que la vulneración de la orden de alejamiento y comunicación supone un total "desprecio de la decisión judicial de protección" de la victima y recuerda que el victimario cuenta con antecedentes penales contra la seguridad vial y por violencia doméstica. Según la valoración policial, el encarcelado supone para la víctima un riesgo de "violencia grave o letal" y tiene "la calificación de agresor persistente".

El magistrado considera que la víctima, al facilitar su ubicación al denunciado, evidenció "falta de conciencia del riesgo que asume" o bien "la anulación de su voluntad para someterse a la de su agresor".