Arrancan las obras para iluminar la muralla medieval de Albarracín, símbolo de la ciudad

El Ayuntamiento afronta con dinero del Fite una primera fase que afecta a un tercio del monumento.

La muralla medieval de la ciudad de Albarracín, en la fotografía, recorre la montaña.
La muralla medieval de la ciudad de Albarracín, en la fotografía, recorre la montaña.
M. A. Robles

El Ayuntamiento de Albarracín ha puesto en marcha las obras para dotar de iluminación a la muralla medieval, uno de los símbolos más conocidos de la ciudad que, sin embargo, desaparece en la oscuridad cada vez que anochece.


Por ahora, el Consistorio acomete solamente una primera fase del proyecto, que afectará a un tramo de unos 200 metros de muralla, lo que supone un tercio del total. Financia la actuación con una partida de 90.000 euros del Fondo de Inversiones de Teruel, Fite, correspondiente al año pasado. El resto de la intervención quedará a la espera de que el Ayuntamiento reúna los fondos necesarios para llevarla a cabo, alrededor de 170.000 euros.


El alcalde de Albarracín, Francisco Martí, afirmó que las obras suponen el arranque de un proyecto muy esperado por la población, al ser la muralla el único monumento destacado que permanecía sin iluminación artística -la catedral, el castillo y el conjunto del casco histórico ya la tienen-. "Lo habíamos pensado en muchas ocasiones, pero no nos atrevíamos por tratarse de una obra patrimonial muy delicada", explicó Martí.


Los trabajos, a cargo de una empresa local de electricidad cuyo titular es José Antonio Sáez, podrían estar terminados a finales de agosto o principios de septiembre, según aseguró el alcalde de Albarracín. No obstante, la previsión es aguardar a que todos los tramos cuenten con el sistema de iluminación para realizar el encendido oficial.


El arquitecto turolense Miguel Ángel Robles, encargado del diseño de la iluminación y de la coordinación de la obra, explicó que, tras la intervención, la muralla quedará integrada en el resto del conjunto histórico de Albarracín, puesto que los trabajos siguen las líneas marcadas por el plan director de la ciudad.


Así, los paños -muros entre los torreones- serán bañados por ambas caras con una iluminación tenue denominada ‘luz de luna’, mientras que las aristas de los elementos verticales -los torreones- serán resaltadas mediante una luz más intensa conseguida a través de proyectores.

Los trabajos se centran en el tramo que discurre entre el depósito de agua y el Torreón del Andador, al norte de la ciudad. La muralla es un monumento calificado como Bien de Interés Cultural (BIC), por lo que ningún elemento del sistema de iluminación puede descansar directamente en ella. La instalación se realiza a través de canalizaciones subterráneas.

Adaptada a la orografía

Como explicó Miguel Ángel Robles, la muralla, cuya construcción se sitúa entre los siglos XIII y XIV, cuenta con un total de 11 torreones que miden entre 8 y 10 metros de altura cada uno, a los que hay que sumar el del Andador, de mayores dimensiones. Según el arquitecto, la primera fase de las obras resultará más sencilla al realizarse sobre un tramo de fortificación que discurre plano. Los trabajos se complicarán después al tener que desarrollarse sobre partes de la muralla que están en fuerte pendiente, pues este elemento defensivo se adapta a la orografía de la montaña.


Se calcula que en total se instalarán 900 metros de luminarias, ya que el proyecto contempla la iluminación de la muralla por ambas caras. Los datos que existen sobre esta construcción apuntan a que su base puede ser árabe, si bien su estado actual parece ser cristiano. Los reyes Jaime II, Pedro IV y Fernando el Católico ya mostraron interés a lo largo de los siglos XIV y XV por reparar la muralla y se sabe que, en 1533, representantes de Albarracín solicitaron al emperador Carlos I y V de Alemania que la restauración de esta construcción fuera una labor continua.

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