INFRAESTRUCTURAS

Las heridas de Fomento en Aragón

HERALDO sobrevuela la autovía Huesca-Pamplona y comprueba los efectos que tendrá la paralización de las obras.

Lanave-Caldearenas.
Las heridas de Fomento en Aragón
REPORTAJE FOTOGRáFICO: ENVUELO

Media hora. Ese fue el tiempo necesario para apreciar en toda su magnitud el impacto del recorte inversor del Ministerio de Fomento en tierras altoaragonesas. A 2.000 metros de altura, parece increíble que la autovía de Huesca a Navarra se vaya a quedar así, a medio construir y sometida a duras condiciones meteorológicas. Viaductos con las pilas ya erguidas, plataformas compactadas a la espera del asfaltado y taludes que redibujan la naturaleza quedarán abandonados a su suerte, con el consiguiente deterioro.

HERALDO sobrevoló el pasado viernes el trazado de la autovía y visualizó el avance del eje subpirenaico a lo largo de los 125 kilómetros que separan Huesca del límite de Navarra. A bordo de una de las avioneta de la empresa Envuelo, esta intervención de calado se aprecia a su verdadera escala, la que permite moldear un territorio. Donde mejor se comprueba el alcance es en los tramos comprendidos entre Nueno, el punto donde ahora acaba la autovía, y el Alto de Monrepós. En el puerto se van construir seis túneles, de entre 140 y 2.800 metros de longitud. El primero de ellos en Nueno, de medio kilómetro, ya estaba medio excavado antes de la primavera, mientras que el ya horadado para desdoblar el túnel largo de Monrepós solo está pendiente de su equipación, como vendía hasta hace poco el Ministerio. "El resto de los túneles se encuentran en fase de comienzo de los emboquilles", indicaba una nota oficial que pone ahora aún más evidencia el sinsentido de rescindir contratos y paralizar las obras en todos los tramos, salvo en tres (límite de Navarra-Tiermas, A-1601-barranco de las Colladas y Jaca-Sabiñánigo).

Deja perplejo ver cómo la pared del alto de Monrepós se quedará descarnada después de tantas voladuras, sin la protección de una mínima malla que evite desprendimientos. A su lado, el tablero de un viaducto que une las bocas de dos túneles da imagen del abandono que se avecina.

Los planes del Ministerio pasan por paralizar por compleo las obras hasta 2012, ya que las partidas que consignará para la próxima anualidad serán simbólicas. "Más bien irrisorias, por lo que no darán más que para mantener unos retenes mínimos", apuntaron varios responsables de obra.

Cerca de 1.500 personas que trabajan ahora en la autovía se verán afectadas de forma directa por el parón, lo que se empieza a apreciar por la retirada de maquinaria pesada en los tajos, como en uno de los tramos de la circunvalación de Sabiñánigo. En ese punto, el trazado se dibuja a la perfección sobre el terreno, en el que se inserta una estructura de hormigón para habilitar un paso inferior hacia el vecino vertedero de Bailín.

Y más hiriente resulta pensar qué pasará con el viaducto en construcción sobre el río Guarga y el desvío a Boltaña (A-1604), ya que se incluye en el paralizado tramo Caldearenas-Lanave pese a que evitaría todo el serpenteo que hace la N-330 tras bajar de Monrepós. Tres gigantescas pilas de hormigón permiten imaginar este paso colgado en el vacío a lo largo de 375 metros, pero el tablero de acero depositado en el cauce devuelve a la cruda realidad.

También sorprende ver cómo la autovía desaparece por completo hasta ver de nuevo la obra al oeste de Sabiñánigo. En ese punto comienza uno de los tramos que se inaugurarán este año, la excepción que confirma la regla de Fomento con Aragón en estos momentos. Del municipio industrial prepirenaico al entorno de Jaca distan diez kilómetros de autovía, a la que le restan únicamente unas capas de asfalto para cortar la cinta. Y no hace falta una avioneta para apreciarlo: cualquier persona que vaya por la N-330 hacia la Jacetania solo tiene que mirar a la derecha.

Pero este alentador panorama dura muy poco, puesto que entre el oeste de Jaca y Santa Cilia no se ve ni una máquina, una de las razones esgrimidas por Fomento para rescindir el contrato de este tramo.

El mismo erial se aprecia entre Puente la Reina y el límite de Zaragoza, por lo que se debe atravesar la Canal de Berdún para ver de nuevo la acción transformadora de las máquinas. Justo en el barranco de las Colladas retoma la A-22 el camino hacia Navarra. El pequeño tramo que dista del cruce de la A-1601, de 2,8 km, está listo para la inauguración, prevista para este verano. Y hay que recorrer el embalse de Yesa para encontrarse de nuevo con obras, entre Tiermas y el límite de Navarra. En ese punto acaban las heridas abiertas por el Ministerio de Fomento, ya que el Gobierno foral continúa las obras en su territorio con el objetivo de inaugurar los dos tramos que le quedan a finales del año que viene. La comparación es odiosa.

Caldearenas-Alto de Monrepós. La actual carretera (arriba de la fotografía) parece diminuta frente a los desmontes generados por la construcción del desdoblamiento del puerto de Monrepós. La boca del nuevo túnel de Caldearenas, de 2.885 metros de longitud, es el único vestigio de la mayor intervención de este tramo, ya que este paso permitirá acortar el actual recorrido en 2.600 metros. Pero tendrá que ser dentro de unos años, porque Fomento quiere ahorrar lo que resta de pagar de los 97 millones de euros en los que se adjudicó la obra.