El buen tiempo se nota en las otras 'millas de oro' de Huesca

Algunas zonas han percibido “de forma positiva” la peatonalización del centro.

Terraza ubicada en la travesía Ballesteros.
Terraza ubicada en la travesía Ballesteros.
Javier Sánchez

La llegada del buen tiempo se nota y no solo en el centro, como muestra la ocupación en las terrazas de los diferentes barrios de Huesca. La proximidad de zonas para que jueguen los niños o de espacios de ocio o deportivas de la ciudad, una mayor rotación de clientes o en algunos casos, el efecto de la peatonalización del centro, animan también, junto con las altas temperaturas, las otras ‘millas de oro’ de la capital altoaragonesa.


“Fuera del centro también hay mucho movimiento”, señala Christian López desde el Galileo, en el barrio de San José, donde se nota, asegura, la proximidad del Palacio de los Deportes, además del complejo deportivo municipal San Jorge, que en verano abrirá sus piscinas, y el mercadillo que se celebra los martes y sábados. En su opinión, la peatonalización se ha notado “para bien” en los establecimientos periféricos, en especial entre semana, “por la comodidad que supone, ya que en lugar de tener que ir al centro y aparcar en zona azul, pueden hacerlo por aquí”. Como asegura, en cuanto aparece el primer rayo de sol “ya es temporada alta” y al ser el barrio en determinados momentos del día, una zona de paso, “también se nota la rotación de clientes”.


“Desde que sale un poco el sol, puede decirse que estamos ya en temporada alta”, coincide, por otra parte, Lorenzo Gálvez, desde el Durban, establecimiento que se encuentra en el barrio de María Auxiliadora. Asegura haber notado también una mayor afluencia de público desde la peatonalización del centro, al contar entre sus clientes, señala, tanto con vecinos, “como con gente de otros barrios y turistas”.


Para Pedro Landa, del bar Orba, en el barrio de Santo Domingo, a diferencia de los días de entre semana, el centro actúa como un gran atrayente para los vecinos “desde el sábado por la tarde”. “Desde que lo reformaron, la gente cuando sale va al centro y cuando se organiza algo en la calle, suele ser allí también”, afirma. A pesar de que Huesca es una ciudad pequeña, existe, en su opinión, “mucha diferencia entre esa parte de la ciudad y el resto de los barrios”. En otro orden de cosas, la libertad para poder fumar en la calle es otro de los grandes atrayentes, apunta, que mantienen ocupadas las terrazas, independientemente de la época del año.Público en rotación


“La gente en Huesca es de terrazas”, señala, por otra parte, Román Mur, desde el Boston, en el mismo barrio que el anterior, aunque en otro extremo. Mayo, recuerda, ha sido muy irregular en cuanto al tiempo y espera que la temporada alta llegue “en los meses de julio y agosto y durante la primera quincena de septiembre”. Es también de la opinión de que en los barrios periféricos suele haber más rotación de público, a diferencia del centro, “donde la gente va más a estar”. Por la zona en la que se encuentra nota también la proximidad, asegura, “del hotel Abba y el Palacio de Congresos”.


Una plaza sin tráfico, con una zona verde próxima, puede ser además una buena alternativa a la zona peatonal, apuntan, por último, desde La Lola, uno de los establecimientos de la zona de travesía Ballesteros. Como explica uno de los miembros de su personal, el hecho de que puedan jugar los más pequeños mientras sus padres descansan convence así a sus clientes. “Hace ya unas tres semanas que montamos la terraza entera y ahora con el buen tiempo está empezando a arrancar”, señala.