"Mi padre estaba tranquilo mientras acuchillaba a mi madre, como si estuviera haciendo algo normal"

El hijo mayor de la víctima de asesinato en Barbastro pide que su padre no se acerque a él ni a sus hermanos. Las sanitarias del 061 han confirmado que cuando llegaron al piso la víctima ya se había desangrado.

El acusado del asesinato de su mujer a cuchilladas en Barbastro, en el banquillo de la Audiencia Provincial de Huesca.
El acusado del asesinato de su mujer a cuchilladas en Barbastro, en el banquillo de la Audiencia Provincial de Huesca.
Verónica Lacasa

La Audiencia Provincial de Huesca ha retomado este lunes el juicio con jurado contra Abdelkader M., un hombre natural de Marruecos de 45 años, por el asesinato de  su exmujer, de 36, delante de sus tres hijos de 13, 6 y 1 años de edad en Barbastro. Y lo ha hecho reproduciendo el testimonio precisamente del hijo mayor, único testigo directo de la agresión, quien aseguró que cuando su padre empezó a acuchillar a su madre "estaba tranquilo, como si estuviera haciendo algo normal".

Relató que aquel 30 de junio de 2021, él estaba jugando a la videoconsola en el salón y de repente llegó su padre a la vivienda y empezó a hablar con su madre. En un momento dado comenzaron a discutir y entonces el procesado fue a la cocina y cogió un cuchillo. Regresó al salón, donde la mujer estaba doblando ropa, "y fue contra ella rápidamente, la empujó contra la pared y le empezó a amenazar con el cuchillo diciéndole 'Ahora sí que vas a vender la casa'". A continuación le dio dos cuchilladas y ella solo le dijo que no lo hiciera delante de los niños. Logró arrebatarle el arma, pero entonces el acusado le dio una bofetada, se lo volvió a quitar y la arrastró del pelo, la tiró al suelo y le empezó a clavar más cuchilladas hasta que la víctima quedó inconsciente

El menor logró quitarle el cuchillo a su padre, llamó al 112 e intentó hacerle la maniobras de reanimación a su madre. Mientras, su padre se sentó en el suelo y le dijo que no le iba a ver durante un tiempo, dándole las llaves de su coche y un sobre. Minutos más tarde llegó la Guardia Civil y los servicios sanitarios. La médica y la enfermera del 061 han confirmado, por su parte, que no pudieron hacer nada por salvar la vida de la mujer porque ya se había desangrado, principalmente por una profunda herida que tenía en el cuello además de otras por el pecho y los brazos.

Aseguró que sus padres "se llevaban mal" y que a pesar de su separación, su madre quería que mantuvieran relación con el acusado. Y eso que ella le había contado que estaba "enfermo mental" por el estrés del trabajo. "A mí no me gustaba estar con él porque parecía medio drogado con las pastillas que le daban, era muy raro", dijo. Por ello, en su declaración pidió que no se acercase más a él ni a sus hermanos. "No tengo miedo, pero no quiero", subrayó. 

Las vecinas se alarmaron por los gritos y vieron al acusado "frío"

En esta segunda sesión del juicio también han declarado varias vecinas que aquel día se alarmaron por los gritos que salían de la vivienda de la víctima. Una mujer que residía en la séptima planta -los hecho ocurrieron en un piso de la primera- ha asegurado que oyó una voz diciendo "toma, toma y toma, porque eres mala, muy mala" y otra de un niño pidiendo socorro y una ambulancia. Entonces bajó a la vivienda y al llamar, salió el acusado y con una actitud "fría como el hielo" le dijo que se marchase porque no pasaba nada. Volvió a llamar por segunda vez y obtuvo la misma respuesta así que decidió pedir ayuda a otra vecina amiga de la víctima que habitualmente cuidaba de los niños cuando esta última estaba trabajando en la cafetería del Hospital de Barbastro. Ambas bajaron de nuevo a la vivienda y al abrir la puerta vieron a la asesinada en un charco de sangre y sacaron a los niños del piso

"Tu hijo mayor está perdido y si algún día toma otro rumbo en la vida, será tu responsabilidad. Y el mediano solo tiene pesadillas"

Esta segunda vecina, que se ha hecho cargo de la custodia de los tres niños, ha explicado que la víctima tomó la decisión de separarse "porque llegó a un punto que no podía más después de 13 años de sufrimiento" ya que le confesó que la maltrataba, que la controlaba mucho y que tenían conflictos frecuentes. Por ello, había aceptado vender el piso ya que "estaba dispuesta a hacer lo que fuera para no tener problemas con él", ha señalado. Además, ha echado en cara al acusado que aquel día "mató a dos personas más", en referencia a los dos hijos mayores. "El mayor está perdido y si algún día toma otro rumbo en la vida, será tu responsabilidad. Y el mediano solo tiene pesadillas". 

Una tercera vecina del edificio también ha manifestado que oyó desde su casa una voz de un niño diciendo "la ha matado, la ha matado", y otra de uno más pequeño preguntándole al primero: "¿Con qué la ha matado?".

Mientras, un amigo de la víctima, guardia civil de profesión, ha coincidido en afirmar que había decidido vender la casa pese a la oposición de sus familiares y amigos "para no enfrentarse con él por miedo porque sabía que podía reaccionar violentamente", ha dicho. También ha negado que ella le hubiera manifestado que la causa fueran los problemas mentales de su exmarido sino todo lo contrario "porque decía que él sabía perfectamente lo que hacía y que estaba cuerdo", ha remarcado. Además, ha coincidido en las secuelas psicológicas que han dejado los hechos en los dos hijos mayores, que pasan algunos fines de semana en su casa, "porque el mayor siempre está muy triste y callado y el mediano no dice nada pero se levanta por las noches llamando a su madre". 

Por otra parte, el jurado ha escuchado también el testimonio de los guardias civiles que acudieron al domicilio tras la llamada de socorro del hijo mayor. Ambos han asegurado que encontraron al acusado sentado en el suelo y que tras un mínimo amago de enfrentamiento, mantuvo en todo momento una actitud de tranquilidad y que hablaba en árabe nombrando a su mujer y a su psiquiatra. Además, llevaba un bote de desinfectante con el que creen que trató de limpiarse las manos de sangre. 

Otra agente que examinó el contenido de la llamada del menor al 112 ha admitido que ha sido la que más impacto le ha producido en los 12 años que lleva en Policía Judicial por el nerviosismo que transmitía el niño y por la voz de un adulto que se escucha de fondo diciendo "tu padre ha matado a tu madre" con un tono de voz tranquilo. "Es horroroso", ha sentenciado. Además, una guardia civil que participó en la entrada y registro de la vivienda del acusado ha explicado que encontraron un botiquín con medicamentos, entre ellos un psicótico y dos antidepresivos. 

El procesado se enfrenta a una petición de la Fiscalía, de la acusación particular (Alejandro Soteras) y de la acusación popular -ejercida por el Gobierno de Aragón- de 27 años de cárcel ya que todas ellas consideran que fue plenamente consciente de sus actos. Mientras, la defensa (Javier Vilarrubí) solicita aplicar la eximente completa por trastorno mental y su internamiento en un centro psiquiátrico

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