La animación y una recuperada emoción marcan el día grande de las fiestas de Benasque

Los danzantes vuelven a brillas en el tradicional 'Ball dels Omes' y cientos de personas acuden a la procesión de San Marsial. 

A pesar de caer entre semana, cientos de benasqueses y muchos visitantes han arropado con su presencia la celebración de dos de los momentos más esperados de los festejos tradicionales de Benasque. Este jueves se ha conmemorado la festividad de San Marsial, el auténtico Día Grande de los fiestas patronales de la villa pirenaica en esta jornada.  

En medio de un enorme calor humano, más simbólico que físico, los actos programados se han ido desarrollando desde primeras horas de la mañana con dos momentos álgidos en la esperadísima actuación de los danzantes en el tradicional “Ball dels Omes” y la previa procesión del patrón. Portando las típicas castañuelas adornadas con cintas multicolores, los mozos danzantes han ejecutado un año más esas vibrantes “marradetas” –que para el historiador local Antonio Merino tienen un origen ancestral y con evidentes elementos precristianos asimilados más tarde por el cristianismo- ante la talla del santo obispo de Limoges en una actuación largamente aplaudida por los muchísimos presentes.

Como es tradicional, tras la misa mayor anunciada por el grave sonido de “la Marciala” –la campana mayor de la iglesia-, la talla de San Marsial ha sido llevada en procesión por las calles benasquesas y los lugareños han aprovechado para pedirle su protección. Después de dos años de ausencia, sonrisas y lágrimas se han mezclado en los rostros de prácticamente todos los presentes.

Fiestas de Benasque.

La comitiva se ha detenido luego en la abarrotada y expectante plaza Mayor mientras volvía a repicar “la Marciala”, y han comenzado a sonar las primeras notas del “Ball”, una música que ha trascendido las fronteras del Valle ya que –es fama aquí- sirvió de inspiración para el conocido Himno de Riego.

Y, como es preceptivo, con los sones del “Ball” los cuatro mayordomos masculinos del año, tocados con vistosos y complicados adornos florales en la cabeza, han comenzado su baile delante de la talla del Santo sumándose al poco el resto de mozos -de las más variadas edades- a este homenaje al patrón de enorme fuerza estética y que se estructura en tres partes muy definidas: la que simboliza la llegada de los benasqueses al templo, con un baile por parejas frente a la iglesia, el baile ante la talla del patrón que preside la ceremonia en la plaza Mayor y la victoria de la fe y ante los posibles enemigos que se simboliza en las “marradetas”, unas evoluciones elípticas que concluyen en el centro de la plaza con el volteo del mayordomo mayor.

Más allá de los actos tradicionales, el apretado programa propone estos días una amplia gama de ofertas lúdicas, recreativas y deportivas, las imprescindibles sesiones de baile y los actos específicos destinados a los más mayores y a los más pequeños que están obteniendo una gran respuesta popular.

Las fiestas tienen este viernes el segundo de los momentos especiales con la nueva actuación de los danzantes en el tradicional “Ball de les Dones” -en el que toman parte las mujeres de las que toma el nombre acompañando a los danzantes masculinos- como acto más relevante.

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