Graus recupera la popular romería a San Pedro de Verona

Centenares de personas han festejado el regreso de esta fiesta tras dos años suspendida por la pandemia.

Romería a San Pedro de Verona en Graus.
Romería a San Pedro de Verona en Graus.
Ángel Gayúbar

Tras dos años de suspensión por culpa de la pandemia, había muchas ganas en Graus de disfrutar de la popular romería a la ermita de San Pedro de Verona que domina desde lo alto el caserío urbano de la villa ribagorzana. Por ello, en una muy agradable y soleada jornada, han sido centenares los grausinos y las gentes llegadas de otras localidades vecinas que se han dado cita este 1 de mayo en esta recoleta ermita y han vivido más intensamente que nunca esta siempre concurrida romería que este año ha estado marcada por la alegría de su recuperación y el gozo del reencuentro de los romeros en los actos religiosos y en la posterior comida en los animados corros que se forman en la explanada contigua.

Como es tradición, desde primeras horas de la mañana los romeros de todas las edades han comenzado a emprender el camino de acceso hasta esta ermita cuyo santo patrón goza de gran predicamento en el municipio desde la época en que los dominicos tuvieron una notable influencia sobre estas tierras. El mártir italiano, cuya devoción fue introducida en Graus por sus compañeros de orden -esos dominicos que desde el siglo XV hasta el XIX contaron con un importante convento en la villa-, sigue recordando esa vinculación y a su protección se fían los grausinos con actos como el de la bendición de términos que se realiza en la explanada de delante de la ermita y que supone uno de los momentos más simbólicos de la jornada.

Tras la bendición tiene lugar siempre una misa en honor al santo que la abundante concurrencia obliga a sacar de la pequeña iglesia y a celebrarla en el exterior. Al finalizar, como es habitual, ha habido reparto de torta y vino para todos los presentes, comida multitudinaria en las diferentes mesadas instaladas por grupos familiares, de amigos y peñas, ronda con la charanga visitando a todos los grupos, juegos populares en la era de la ermita y, ya de bajada, el baile de 'Piedra plana' en la plaza de San Miguel con reparto de poncho y la tradicional rifa que se realiza para obtener fondos con los que afrontar los gastos de mantenimiento de la cofradía de san Pedro de Verona.

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