El voto urbano aúpa a Podemos y Ciudadanos en Aragón

El partido liderado por Pablo Echenique obtiene uno de cada cuatro votos en las capitales. Mientras que C's multiplica casi por tres su porcentaje de sufragios.

Podemos y C´s celebraron los resultados del 24M como un gran éxito
Podemos y C´s celebraron los resultados del 24M como un gran éxito
Francisco Jiménez/Asier Alcorta

Las distintas encuestas del CIS que a lo largo de este año han ido adelantado la contienda electoral de este 24 de mayo ya lo advertían. El votante de Podemos era mayoritariamente joven y urbano; el de Ciudadanos, también urbanita, aunque algo mayor en edad. Un signo que parece que se ha cumplido a rajatabla tomando los resultados del pasado domingo en Aragón, donde a falta de que las encuestas post-electorales puedan dar alguna idea sobre la afinidad por edad de los votantes, sí que queda claro que el voto urbano aupó mayoritariamente las expectativas de estos dos jóvenes partidos a la hora de tener peso en el nuevo tablero político que se plantea en las Cortes tras las elecciones.


Debido a la despoblación y la concentración de habitantes, en Aragón el faro de esta tendencia lo marca irremediablemente Zaragoza, no obstante, también se muestra claramente en las otras capitales provinciales. En la capital Podemos obtuvo unos 22.600 votos más que los socialistas, el partido que junto al PAR, más tajada saca en los municipios de menor tamaño. El PP, por su parte, mantiene similar apoyo tanto en las tres capitales de provincia como en los municipios más pequeños (en torno a un 29% del voto en ambos casos), aunque Luisa Fernanda Rudi perdió más de 45.000 sufragios en la capital con respecto a 2011. Mientras, Ciudadanos tan solo retuvo el 5% de los votos en los municipios aragoneses de menos de 10.000 habitantes, un ratio que multiplica a más del doble (12,2%) en la suma conjunta de las urnas de Zaragoza, Huesca y Teruel.


Para David Pac, sociólogo y profesor de la Universidad de Zaragoza, existe una evidencia clara que ha quedado reflejada en las urnas. “Existe una brecha generacional en el voto. Los sondeos advertían que Podemos y Ciudadanos salían muy beneficiados en el corte anterior a los 45 años, y los primeros especialmente en edades más tempranas”, explica, señalando que esta tendencia en Aragón, con un mundo rural especialmente envejecido en comparación a los municipios de tamaño medio y grande, se acentúa.


Zaragoza no es la única ciudad que ilustra estas diferencias. En Teruel capital, por ejemplo, fue donde la candidata de Ciudadanos, Susana Gaspar, obtuvo mayor apoyo de sus habitantes (el 12,17% de los votos, por el 11 de Zaragoza y Teruel), aunque aquí también pudo influir que el partido de Albert Rivera llevara ya tiempo trabajando y fuera la capital turolense el municipio aragonés el primero donde tuvo un alcaldable.


Similar circunstancia se da en Utebo, donde Podemos fue la fuerza más votada a las Cortes, pero el PSOE el que más sufragios captó hacia la alcaldía. Allí no se consiguió formar una fuerza más o menos consensuada como es el caso de Zaragoza en Común.


“Este es otro de los condicionantes, la falta de implantación. Si Podemos se hubiera presentado a las municipales seguramente hubiera captado más voto fuera de las ciudades. Pese a esto, en su campaña intentó minimizar este efecto recorriendo varios municipios y estudiando una campaña pegada al territorio. Con Ciudadanos lo que ocurre es que su implantación ha sido en cosa de tres meses. Luego, claro está, en la población de mayor edad que suele ser mayoritaria en los pueblos pequeños, se suelen dar también otras lógicas de voto más vinculadas a los partidos tradicionales”, señala el sociólogo.


Con todo, tomando como barrera los 13 municipios que según los últimos datos de población contaban con más de 10.000 habitantes (ver cuadro adjunto) si se desgajan del censo de votos válidos del pasado domingo aquellos emitidos fuera de ellos el panorama cambia radicalmente. Podemos pasa de recibir uno de cada cuatro votos en las capitales a quedarse con solo el 15% en los municipios de menor tamaño. Mientras, la candidatura de Javier Lambán, fuertemente castigada en Zaragoza, es la más votada en las zonas rurales, superando -por apenas 300 votos, eso sí- al Partido Popular.Partido Aragonés y Ciudadanos, caminos cruzados en mitad de las encuestas


La senda marcada por Ciudadanos y el Partido Aragonés también llama la atención de algunos analistas. La candidatura de Arturo Aliaga consiguió obtener 6 diputados superando la mala tendencia que le anteponían las encuestas. Aquí fue fundamental el voto de municipios de corte medio y pequeño, feudo habitual del PAR, donde Aliaga se llevó en total casi el 14% de las papeletas, más del triple que el 4,2% logrado en Zaragoza, Huesca y Teruel.


Con Ciudadanos, pasa prácticamente todo lo contrario. Susana Gaspar y la marca naranja lograron unos 16.600 votos más que el PAR en todo el territorio aragonés, pero al concentrarse casi cuatro de cada seis en la capital, la compensación por circunscripciones de la Ley Electoral y el Estatuto de Autonomía les dejó con un escaño menos que el PAR. Además, es uno de los pocos partidos que no ha cumplido las altas expectativas que le daban las encuestas -el CIS por ejemplo le daba entre 8 y 9 escaños- algo que Pac achaca a “una campaña en la que apenas ha habido exposición de sus candidatos locales”.Alcaldía o DGA, candidato o proyecto, marcan diferencias


La comparativa entre el voto autonómico y el municipal en algunos núcleos también deja curiosidades remarcables. Chunta, por ejemplo, obtuvo unos 5.000 votos más y un 1,5% más de apoyo en Zaragoza para las municipales que para las autonómicas, aunque aquí también entran condicionantes como la presencia de Zaragoza en Común y Podemos respectivamente, y que el censo en las municipales se amplía debido al voto inmigrante.


También en Cuarte de Huerva el PAR, donde su candidato a la alcaldía, Jesús Pérez, reeditó el cargo en el que lleva 28 años con casi el 40%, contrasta su éxito con el conseguido por su partido en en la carrera hacia las Cortes. En Cuarte Aliaga solo consiguió ser el quinto candidato más votado, mientras que Ciudadanos fue la tercera fuerza incluso por delante del PSOE (4º).


Por su parte, Izquierda Unida, que se presentó en algunos municipios bajo las llamadas plataformas de unidad popular para las municipales y en las autonómicas con sus habituales siglas, también deja notables diferencias debido a la competencia de Podemos en los sufragios al parlamento regional. Más allá del éxito de Zaragoza en Común, en Huesca (donde aparecía en las papeletas dentro de Cambiar Huesca), obtuvo el 13,6% de los apoyos en las municipales por el 4,6 que consiguió aunar Patricia Luquín. De forma paralela, en Teruel capital Ganar Teruel se llevó el 15% de los sufragios al consistorio, por el apenas 3,3% logrado hacia la DGA.