Cambios en la plaza del Pilar: Chueca quiere desalojar el cubo de Turismo para ganar espacio

La alcaldesa de Zaragoza anuncia, en la inauguración de la nueva oficina, que el Consistorio analiza qué hacer con el edificio que ha quedado sin uso. 

Cubo de Turismo de la plaza del Pilar.
Cubo de Turismo de la plaza del Pilar.
Guillermo Mestre

La plaza del Pilar, el gran salón de la ciudad, se prepara para afrontar cambios que permitirán ganar espacio y también majestuosidad. Pocas variaciones se han dado desde la gran revolución de 1991, cuando Ricardo Usón lavó la cara al gran reclamo turístico de la capital. La Fuente de la Hispanidad, el globo terráqueo, la fuente del monumento a Goya y las torres de iluminación, que se pagaron a 12 millones de las antiguas pesetas cada una de ellas, cambiaron para siempre el aspecto de una gran plaza abierta, y muy, muy cara. Se utilizaron materiales de primerísima calidad. Granito gris de Cabrera (Madrid), rojo (Finlandia) y negro (África). Todo se consideraba poco cuando se buscaba ensalzar aún más la Basílica de Pilar y La Seo, cuya majestuosidad se reflejaba en el cubo que alojó la oficina de turismo, donde los cristales de espejo reflejaban las dos joyas de la capital aragonesa. 

La tradicional oficina de turismo, que este miércoles ha cerrado sus puertas, se inauguró el 1 de octubre de 1991. Formaba parte del proyecto de reforma de la plaza del Pilar diseñada por los arquitectos Ricardo Usón y José María Ruiz de Temiño un año antes. Cuenta con una superficie de 50 metros cuadrados bajo su estructura acristalada y ha sido durante los últimos años un punto de referencia para los turistas que recalaban en la capital aragonesa. Hasta ahora.

Recuerda Macu Armisén, que fue gerente de Zaragoza Turismo hasta 2019, el salto cualitativo que implicó su estreno, pues venía a sustituir a un templete al que muy pocos accedían. Eran, además, los tiempos de la España de 1992, la de la Expo de Sevilla, la de las Olimpiadas, una época en la que la capital aragonesa se quería reivindicar como destino vacacional. "Era espectacular. Los turistas se hacían fotos con el reflejo en los espejos", recuerda. El cubo de Turismo tapaba una deteriorada calle Santiago, en la que ya no hay nada que tapar. Más bien todo lo contrario. Si se mantiene en su ubicación actual no se ve la oficina nueva.

La alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, ha inaugurado este miércoles las instalaciones y ha confirmado que su intención es " desalojar" el cubo de la plaza del Pilar para "mejorar la navegabilidad", ampliar el espacio y evitar que se quede cortada,  como ocurre ahora.

No se han iniciado, de momento, los informes arquitectónicos que permitirán evaluar el coste de retirar el emblemático cubo, si es posible reutilizarlo o si se traslada a otro punto de la ciudad. Cuando todo esté valorado, la decisión deberá ser política. 

Desde hace unos años se busca cómo avanzar en el lavado de cara de la plaza principal de la capital aragonesa. Se han limpiado las torres de iluminación y se habló de reparar las fuentes de la Hispanidad y de Goya, aunque siguen pendientes de presupuesto. Si finalmente se retira el cubo de Turismo, que desde este miércoles cierra sus puertas al público, será la mayor revolución en el gran salón de la ciudad desde la reforma de Usón que se inauguró en 1991. El debate está servido.

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