historia

La comadrona más famosa de la Zaragoza medieval por la que la ciudad se vistió de luto

Muchas mujeres aragonesas de la Edad Media ejercieron oficios por los que fueron reconocidas en su época. 

Retablo del Nacimiento de la Virgen, obra del taller de Pedro García de Benabarre (S.XV), Museo Nacional d'Art de Catalunya.
Retablo del Nacimiento de la Virgen, obra del taller de Pedro García de Benabarre (S.XV), Museo Nacional d'Art de Catalunya.
Museo Nacional d' Art de Catalunya

Panaderas, comadronas, médicas, comerciantes, costureras, artistas o empresarias. Lejos de lo que podemos pensar, las mujeres aragonesas que vivieron en la Edad Media trabajaban fuera y dentro de sus hogares y muchas de ellas ejercieron una profesión por la que fueron conocidas y reconocidas por su buen hacer y su prestigio.

“Tendemos a pensar que la historia es lineal, y no es así. Es decir, que a veces pensamos que, por ejemplo, a mediados del XX pocas mujeres trabajaban fuera de casa y eso nos lleva a pensar que a mediados del XV serían muchas menos, pero no tiene por qué ser así”, reconoce Cristina Pérez Galán, investigadora y doctora en Historia.

Y es que la investigación ha puesto de manifiesto la existencia de decenas de mujeres relevantes que ejercieron un oficio durante la Edad Media en territorio aragonés. Son grandes desconocidas para el gran público a pesar de que a algunas de ellas han llegado hasta nosotros con nombre y apellidos. “Algunas destacan por la naturaleza de su trabajo, otras por la fama que adquirieron ejerciendo su profesión o porque llegaron a ser profesionales de reconocido prestigio y tenemos documentación que atestigua su trabajo”, dice Pérez Galán.

"Algunas destacan por la naturaleza de su trabajo, otras por la fama que adquirieron o por ser profesionales de reconocido prestigio"

Precisamente, para dar a conocer a estas profesionales bajomedievales y visibilizar a estas mujeres del pasado vinculadas con Aragón la investigadora imparte este miércoles una conferencia que lleva por título ‘La Madrina Salinas y otras profesionales en la Zaragoza bajomedieval’, que se enmarca dentro del ciclo Mujeres Protagonistas, organizado por el Instituto de Patrimonio y Humanidades de la Universidad de Zaragoza. La cita será a las 20.15 en la iglesia de las Magdalena.

Cartel de la conferencia sobre 'Mujeres Protagonistas' del Instituto de Patrimonio y Humanidades de la Universidad de Zaragoza.
Cartel de la conferencia sobre 'Mujeres Protagonistas' del Instituto de Patrimonio y Humanidades de la Universidad de Zaragoza.
IPH

“A la mayoría de estas mujeres las hemos conocido gracias a los trabajos de investigación en historia de género, un campo fundamental de trabajo a la hora de rescatar a personajes importantes para la historia”, dice Laura Malo, coordinadora de este ciclo de conferencias y profesora ayudante doctora del departamento de Historia de la Universidad de Zaragoza. 

“Son perfiles muy diferentes de mujeres. Desde artistas hasta religiosas, escritoras, mujeres de la nobleza que gestionan grandes propiedades o mujeres que ejercieron una profesión y que fueron valoradas públicamente en su época”, continua Malo. “Queremos que no se vea solo a la mujer medieval como el ángel del hogar, sino conocerlas en su vida pública, donde muchas tuvieron capacidad de decisión política y económica”, añade.

Partos ante notario

Una de estas profesionales es, precisamente, quien da nombre a la conferencia. La Madrina Salinas, una comadrona que ejerció en Zaragoza entre 1478 y 1490. “Se llamaba Catalina Cutanda, era viuda de Gabriel Salinas y vecina de la capital aragonesa. La llamaban ‘madrina’, como se llamaba entonces en Aragón a todas las comadronas, y se le conocía con el apellido del marido, algo que también era habitual”, explica Pérez Galán. 

“Fue una profesional muy reconocida que tenía mucha y muy buena fama y que trabajó en todos los barrios de la Zaragoza de esa época”, continúa. “Era tan querida que el día de su fallecimiento se decretó un día de luto en la ciudad”, añade la investigadora.

"Era tan querida que el día de su fallecimiento se decretó un día de luto en la ciudad".

Fue la catedrática en Historia, María del Carmen García Herrero, experta en la historia de las mujeres en Zaragoza, quien la descubrió mediante el hallazgo de dos documentos clave para conocer la figura de esta comadrona. Se trata de dos cartas de parto realizadas por dos notarios en las que se da fe de cómo trabajaba esta mujer. “En estos dos documentos se relata cómo se lleva a cabo el parto de dos mujeres zaragozanas, el de Juana de Torrellas, en 1487 y el de Isabel de la Caballería, en 1490”, señala Pérez Galán.

Pero, ¿por qué un notario tuvo que estar presente en sendos partos y dar fe del trabajo de esta mujer? La respuesta tienen que ver con un asunto de herencias. Isabel de la Caballería quedó viuda de su marido, Pedro de Francia, señor del lugar de Bureta, estando embarazada de su primer hijo. Si su hijo nacía con bien, sería el heredero de los bienes de su padre y ella quedaría como administradora del patrimonio, evitando que la fortuna retornase a otros parientes.

"El notario examinó a la matrona para comprobar que no llevaba ningún niño escondido entre las ropas"

La dama en cuestión tenía que dejar claro y sin ninguna duda que el hijo que alumbraba era el heredero legítimo de su marido, por lo que requirió los servicios de un notario, junto con varios testigos más, para que dejase constancia legal del nacimiento. “El documento del parto de Isabel de la Caballería es muy rico en detalles. El notario explica cómo examina a la matrona y a su ayudante antes de comenzar para comprobar que no llevaban ningún niño escondido entre las ropas”, prosigue Pérez Galán, y que el neonato llegaba, efectivamente, del vientre de su madre.

Empresarias, médicas y ‘albañilas’

No fue la única mujer medieval aragonesa que trabajó en el ámbito de la salud. “García Herrero descubrió también la existencia de una médica en Calatayud llamada Catalina López a la que sus colegas masculinos no le dejaban ejercer y que recibió una carta de la reina María de Castilla en 1420 que le daba permiso para hacerlo”, apunta la doctora en Historia.

“También hay constancia de otra mujer que ejercía la medicina en la localidad ribagorzana de Viacamp, en Huesca, que se llamaba Arsenda y vivió en torno al año 1345. Por su oficio, se le eximía de pagar impuestos al conde Pedro de la Ribagorza”, asevera Pérez Galán.

Junto a la de estas sanitarias, la investigadora repasa la trayectoria de otras mujeres del Aragón bajomedieval, más o menos conocidas, que trabajaron en el ámbito del comercio y la economía, como la judía Tolosana de la Caballería. “Una mujer que enviudó en 1411 y desde entonces hasta, al menos, 1422, se dedicó a las finanzas, negocio que heredó de su marido, Benvist. Era dueña de gran parte de las casas del barrio de la Magdalena zaragozana y señora del baño del rey, lo que ahora llamamos baños judíos y que están en el Coso, por lo que, incluso, el monarca, debía de pagarle un tributo”, afirma Pérez Galán.

"Era señora del baño del rey, lo que llamamos baños judíos, en el Coso, por lo que el monarca debía pagarle un tributo"

No fueron las únicas. “Hubo árbitras, es decir, mujeres que ejercieron el arbitraje para resolver conflictos entre partes. También trabajadoras de la construcción, como las que figuran en los libros de obra de reparación de la Aljafería, en la Seo o la catedral de Teruel, donde además, aparecen representadas en las pinturas de la techumbre de la iglesia”, enumera la investigadora. 

No hay que olvidar a las comerciantes, las artesanas, las panaderas, las bordadoras, las costureras y muchas más profesionales que trabajaron más allá de sus hogares en la Edad Media y que dejan constancia de la presencia femenina en el mundo laboral de época medieval.

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