tribunales 

Incendio del Corona:"Siempre defendí que fue un atentado pero ahora tengo dudas"

Un trabajador del hotel ha recopilado nuevos testimonios que le llevan, como otros compañeros y víctimas, a reclamar que se reabra la investigación de lo que sucedió.

PLACA EN RECUERDO A LAS VICTIMAS DEL ATENTADO DEL HOTEL CORONA ( ZARAGOZA ) / 12/07/2022 / FOTO : OLIVER DUCH[[[FOTOGRAFOS]]]
Placa en recuerdo a las víctimas del atentado del Hotel Corona de Aragón colocada el pasado 12 de julio.
Oliver Duch

Trabajadores y víctimas del hotel Corona de Aragón, donde murieron 83 personas y 110 resultaron heridos en el incendio ocurrido el 12 de julio de 1979, coinciden en la reclamación al Estado para que investigue si fue un atentado o un accidente. Esto se plantea después de la actuación de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que reabrió la causa en abril de este año y fue archivada en junio.

Tengo casi 80 años y querría morirme sabiendo qué paso de verdad aquel día de hace 43 años”, señala un empleado de la empresa Turismo Zaragoza S. A. que gestionó el hotel emblemático desde que se inauguró el 13 de junio de 1968. “Merece la pena que esta sociedad sepa si fue un atentado o no, de una vez”.

Por su parte, la víctima Gisela Sidera Roca, hija del fallecido Francisco Sidera, director comercial de Arilux, reclamó este viernes la necesidad de que se reabra la investigación de la Audiencia Nacional para conocer el fondo del suceso, porque el “archivo” es una “conspiración muy clara “ en la que hay “mucha gente metida”.

La queja de las víctimas ya se trasladó el pasado 12 de julio cuando se inauguró la placa que colocó el Ayuntamiento en su homenaje para recordarlos. En aquel instante las víctimas del Corona dijeron: “Somos víctimas de terrorismo y queremos que nos digan la verdad”.

Aunque este trabajador sostiene que "siempre he defendido que el incendio fue un atentado", como manifestó el expresidente de la Audiencia de Zaragoza, Santiago Pérez Legasa (“Fue un acto terrorista, pero no sé de qué signo y quizás no se conozca nunca”, declaró a este periódico), pero ahora reconoce que tiene sus “dudas” tras escuchar recientemente a un responsable del servicio técnico del hotel. Este trabajador le comentó que antes del incendio mortal vivieron “otro suceso” similar que hizo llegar las llamas hasta la azotea “porque la chimenea estaba sucia y nunca se limpió”.

Asimismo, el trabajador agrega que los fuegos de la churrería del bar Picadilly’s, donde nació el incendio del edificio, eran bastantes “frecuentes” y solían sofocarlos “sin problemas”. Incluso, recalcó que una gobernanta del hotel pasó por delante de la misma en llamas y pudo verla como algo “natural” porque “siempre se apagó”. Hasta ese día. “La churrera podría haberse quemado diez veces antes pero siempre se apagó”, admite.

Agregó que cuando salieron del hotel “solo se respiraba humo” en el interior del edificio y enseguida pudieron contemplar la explosión del cristal situado al lado del Picadilly’s. “No afectó a los trabajadores de mantenimiento que estaban debajo de esa planta baja sino que las llamas se expandieron hacia la azotea y por toda la fachada”, detalla.

El trabajador del Corona relata que avisaron a los bomberos de la Base americana enseguida porque, además, sus militares conocían bien el hotel, ya que eran clientes a menudo. “Salvaron a varios clientes con el helicóptero. Pero quienes se jugaron la vida fueron los bomberos de Zaragoza y algunas personas que consiguieron ponerse a salvo escalando la fachada rugosa uno o dos pisos hasta la azotea”, relata el empleado de la empresa.

Sentencia civil del pirogel  

En su día, el magistrado Pérez Legasa dictó la sentencia de Primera Instancia como juez civil de Zaragoza, confirmada por el Tribunal Supremo, en la que se admitió que el siniestro  se produjo porque el fuego se activó al potenciar el aire acondicionado con alguna sustancia como el pirogel (“no dije napalm porque los peritos no lo mencionaron o no lo sabían”, declaró).

De esta manera, absolvió a los dueños de la empresa porque había un “acontecimiento anómalo y extraño que rompía el nexo causal”. Además, el juez reconoció que hubo algún acto imprudente como que el churrero se dejó litros de aceite en la churrera, una puerta cerrada por donde podían haber escapado las víctimas o las señales de salidas sin colocar, que califica de “pequeñas negligencias”, pero no eran las causas determinantes del “pavoroso incendio” y sus trágicas consecuencias.

El exministro de la UCD, José Manuel Otero (a la izquierda)m y el catedrático de Historia antigua, Guillermo Fatás (a la derecha).
El exministro de la UCD, José Manuel Otero (a la izquierda)  y el catedrático de Historia antigua, Guillermo Fatás (a la derecha).
Fundacion Gimenez Abad

El exministro de Presidencia, a favor de investigar 

El exministro de Presidencia del Gobierno de la UCD José Manuel Otero ya admitió en una visita a Zaragoza a finales de 2021, en el marco de la jornada sobre ‘Terrorismo 2001, 20 años después’ de la Fundación Giménez Abad, que “es muy raro que fuera un incendio accidental por el tipo de personas que había dentro” pensando en Carmen Polo, la viuda de Francisco Franco, y en los generales que acudieron a la entrega de despachos de la Academia General Militar. “No nos emocionaba que fuera un atentado. No tengo la prueba fehaciente, pero me inclino a pensar que sí”, admitió el político del Gobierno de Adolfo Suárez.

Asimismo, el exministro de la UCD reconoció que ahora “es tiempo para ponerse a investigarlo” porque en 1979 “el equilibrio de la Transición era muy delicado y cualquier cosa podría hundirla”. “Hoy no se dan aquellas circunstancias y es un hecho histórico. ¿Por qué no va a poder investigarse, hablar y razonar?”, reconoció Otero.

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