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Un año tras la erupción en La Palma: "Sigue habiendo temblores y olor a huevos podridos"

Belén Pérez lleva más de 40 años viviendo en Zaragoza, pero su corazón sigue en La Palma con su familia, a través de la que vive el día a día tras la activación del volcán.

Belén Pérez, zaragozana de La Palma.
Belén Pérez, zaragozana de La Palma.
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Muchas personas recuerdan  qué hacían hace un año cuando el volcán Cumbre Vieja empezó a temblar en La Palma dejando una huella negra en la isla canaria que la ha marcado para siempre. Algunos palmeros temen que se olvide que todavía necesitan ayuda. El turismo se ha recuperado en las zonas que no fueron afectadas, pero además de las familias cuyas casas quedaron sepultadas, hay otras que no han podido volver debido a las emisiones contaminantes que han quedado.

Belén Pérez, jubilada, lleva 43 años viviendo en Zaragoza, donde se instaló tras casarse con un aragonés, pero sigue llevando La Palma y su pueblo, Breña Baja, en el corazón. La erupción del volcán, que duró 85 días, se mantiene muy presente en su día a día y no hay más que ver que su foto de perfil en Whatsapp: es un mapa de la isla, con la mancha que dejó la lava hace un año. Sigue la situación actual a través de las redes sociales y de su familia. "Mi hermana dice que sigue habiendo temblores y mal olor, huele a huevos podridos", cuenta sobre su última conversación con ella, este mismo lunes en el que se ha cumplido un año del inicio de la erupción. Su pueblo se encuentra "a 5 kilómetros en línea recta", explica, al otro lado del volcán.

 En el municipio de Puerto Naos, uno de los municipios más afectados, los vecinos no han podido volver por las elevadas emisiones de gases, que resultan letales para la salud, según los científicos. La población de la zona se ha manifestado este lunes para pedir que se les dé una solución.

"Estaba viendo la televisión, me llamó mi hermano y me dijo 'Belén, que ya ha explotado"

Belén tenía los billetes de avión sacados en 2020 para ir a La Palma, pero la pandemia le impidió volar y no ha podido ir todavía por motivos personales. "Tengo muchas ganas de ir", afirma, consciente de que se encontrará una isla distinta. Tiene a sus tres hermanos allí y fue uno de ellos el que le llamó por teléfono para avisarle hace un año. "Estaba viendo la televisión, me llamó mi hermano y me dijo 'Belén, que ya ha explotado", recuerda la también secretaria de la Casa Regional de Canarias en Aragón. Desde entonces no se separó de la televisión. En esos días además, tenía que estar en cama porque se rompió una vértebra.

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"Mis primos lo han pasado fatal, al marido de mi prima el segundo día se le llevó toda la casa de sus padres, unas casas preciosas, grandes, porque allí se va construyendo poquito a poco", cuenta sobre los casos que le fueron llegando. Su familia vive al otro lado de Cumbre Vieja y solo se vieron afectados por la ceniza, además del mal olor que siguen notando. "Les llegó la ceniza o 'picón', como lo llamamos allí , como una arena negra que lo cubrió todo", detalla. 

Recuerda que ella vivió la erupción del volcán Teneguía en 1971 en la isla, pero la situación fue diferente. "Tenía 17 años y lo viví como una fiesta. Íbamos a ver el volcán por la noche con los amigos, porque era cuando más bonito se veía", cuenta. Entonces, la lava "no hizo destrozos, solo alguna viña", señala. 

Sin embargo, el año pasado el Cumbre Vieja se convirtió en una pesadilla para los palmeros. "Era el paraíso lo que se llevó, de casas y plataneros. Se lo llevó todo, las casas, los recuerdos y la forma de vida de mucha gente", lamenta. Cree que la tragedia se ha ido olvidando. "La gente sí que se olvida", afirma. Pide que llegue más ayuda a las familias que todavía siguen desalojadas o que lo perdieron todo.

"Queremos agradecer el apoyo que tuvo La Palma de todos los aragoneses. Casi a la media hora de ocurrir se puso en conocimiento de socios y empezamos a elucubrar qué podíamos hacer"

Solidaridad desde Zaragoza

Desde la Casa regional agradecen la solidaridad que demostró Aragón desde el inicio del rugido del volcán, que se pudo seguir en directo por los medios de comunicación. "Queremos agradecer el apoyo que tuvo La Palma de todos los aragoneses. Casi a la media hora de ocurrir se puso en conocimiento de socios y empezamos a elucubrar qué podíamos hacer", explica Pedro Díaz, presidente de la casa regional. "La primera semana fue un poco alocada, había muchas llamadas para mandar cosas, ropa, comida...", comenta, hasta que vieron que esas primeras necesidades estaban cubiertas por las organizaciones desplazadas sobre el terreno, además del coste que suponía llevarlo a la isla.

Después comenzaron a recaudar fondos y participaron en eventos solidarios como la gala que se celebró en noviembre en el Teatro Principal, con el apoyo del Ayuntamiento de Zaragoza. Hubo un partido benéfico de baloncesto del equipo de la ciudad, el Casademont, entre otros actos.

Estas Fiestas del Pilar en el espacio que ocupan las casas regionales en la plaza de Aragón colocarán cartelería del Cabildo de Canarias para promocionar La Palma, dentro de una campaña turística para reforzar la imagen de la isla, que ha ido recuperando el pulso de los visitantes, en parte atraídos por el volcán.

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