Los alcaldes de la ribera urgen a reparar riegos, motas y caminos
La Comisión de Municipios Afectados por el Ebro estima que la última riada ha anegado unas 4.000 hectáreas.
Los alcaldes de la ribera urgieron ayer a la DGA y a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) a reparar "en cuanto sea posible" los riegos, caminos y motas destrozadas por las últimas avenidas. En juego está poder cultivar o no de cara al verano y la primavera. Los regidores son conscientes de que, en estos momentos, el terreno está impracticable, pero piden empezar a trabajar "tan pronto como el tiempo lo permita" y no esperar meses como ha ocurrido en otras ocasiones.
Municipios como Quinto seguían sintiendo ayer los últimos coletazos de la crecida. "Se ha inundado la parte alta de la huerta alta, entre 200 y 300 hectáreas, pero hemos conseguido que el agua no pase al resto", explicó su alcalde, Jesús Morales.
Con las defensas rotas, el Consistorio decidió echar mano de tractores y excavadoras para levantar un cordón de tierra y proteger los cultivos, una iniciativa que parece haber funcionado. "Si las motas hubiesen estado bien no habría hecho falta, pero con tan poco tiempo entre una avenida y otra no ha quedado más opción", agregó el regidor.
Poco a poco, la ribera va recuperando su imagen habitual. Ya ayer reabrió la A-1107 de Pina, cortada el pasado jueves por precaución, y la previsión es que el plan de Protección Civil pueda desactivarse en cuestión de horas.
Una vez superado el episodio toca hacer balance. El presidente de la Comisión de Municipios Afectados por el Ebro, Luis Eduardo Moncín, estima que la última riada ha anegado entre 3.000 y 4.000 hectáreas, la mitad de ellas en la Ribera Alta. "Ha cogido zonas no protegidas y otras que, pese a estarlo, se han visto afectadas por el estado de las defensas", manifestó.
La prioridad ahora es reparar cuanto antes acequias y caminos" para poder sembrar en primavera. "A ver si el tiempo acompaña y permite trabajar", incidió.
