El Ministerio de Fomento encargará en cuestión de días el estudio informativo del AVE entre Zaragoza y Castejón, lo que permitirá disponer en dos años de las alternativas de trazado para el tramo aragonés de la alta velocidad navarra. Aunque luego habrá que someterlo a impacto ambiental, redactar el proyecto y acometer las obras, el ministro, Íñigo de la Serna, ha reafirmado este martes su compromiso de acabar todo el corredor en tan solo seis años. De este modo, los trenes podrán circular desde Zaragoza hasta la Y vasca en el horizonte de 2023 y se completará el corredor Cantábrico-Mediterráneo, cuyas primeras actuaciones están en marcha en la línea de Teruel.

La ingeniería Getinsa Euroestudios será la encargada de planificar el tramo en doble plataforma de ancho internacional, con características de alta velocidad y compatible para el tráfico de pasajeros y mercancías a lo largo de los 87,1 kilómetros que separan la capital aragonesa de la localidad navarra. Su oferta es la mejor valorada de las 19 que se han presentado al concurso, entre las que se encuentran las principales ingenierías del país. Para lograrlo, no solo tuvo que presentar la mejor oferta técnica, sino la segunda baja económica más importante, del 40%. De este modo, la redacción del estudio informativo le costará al Ministerio de Fomento 491.735 euros, ahorrándose 334.711 euros.

Su adjudicación, que se hará efectiva en marzo, supone retomar un tramo cuya transformación a la alta velocidad se descartó hace cinco años tras acumular numerosos retrasos para plantear su mera adaptación al ancho internacional. Sin embargo, De la Serna ha dado un giro radical a los planes y anunció en Zaragoza a finales del año pasado que retomaba una actuación de calado entre Zaragoza y Castejón.

El ministro ha detallado el estado del corredor navarro en su comparecencia al término de la comisión de seguimiento y junto al vicepresidente del Gobierno foral, Manu Ayerdi, ha anunciado un "aluvión" de trámites y actuaciones para conseguir avanzar "a un ritmo abrumador". Entre ellas, ha destacado la adjudicación a lo largo de la primavera de los dos tramos comprendidos entre Villafranca, Olite y Peralta, que suponen una inversión de más de 120 millones para construir 15 kilómetros.

Al mismo tiempo, ha aludido a la inminente adjudicación del estudio informativo Zaragoza-Castejón, de cuyo diseño dependerá el futuro viaducto para cruzar el Ebro en la zona del municipio navarro. De la Serna ha explicado que este tramo, denominado como "cero", está actualmente en estudio en el ADIF, que analiza si es posible "desgajar" una parte para no esperar dos años. "Si eso se puede hacer, lo haremos, si no necesariamente tendremos que esperar a ver cómo se resuelve o cuál es la alternativa elegida para el tramo Zaragoza-Castejón", ha añadido.

Esta misma coordinación afecta al tramo de entrada del AVE a la capital navarra, Campanas-Esquiroz, ya que su solución técnica está condicionada por el diseño para el "bucle ferroviario de Pamplona", igualmente en fase de estudio informativo como el sector aragonés.

Para cumplir los plazos comprometidos, que el propio ministro ha calificado de "ambiciosos", el Ministerio también pretende licitar las obras de otros dos tramos a lo largo de la primavera, que afectan a los 15 kilómetros entre Olite y Tafalla. Para lo que no da fecha es para sacar a concurso el proyecto de construcción del corredor entre Tafalla y Campanas, aunque ha afirmado que avanza igualmente "a buen ritmo".

El repaso al AVE navarro lo ha concluido con la conexión de Pamplona con la Y vasca. En este caso, ha recordado que el periodo de información pública del estudio de alternativas finaliza el próximo 9 de marzo y que su objetivo es acabar el año con la declaración de impacto ambiental superada, lo que depende de otro ministerio. La cuantía global de las obras podría elevarse hasta los 3.436 millones.

Tramos "estratégicos"

Tanto el ministro como el vicepresidente navarro destacaron que el tramo aragonés es "relevante y estratégico" y reafirmaron su interés en colaborar en las plataformas logísticas de Noain-Imarcoain (en unos de los accesos de Pamplona) y de Tudela, aprovechando los nudos de comunicaciones, como hizo en su día Aragón con Plaza.