Oficios raros que exigen explicación

Cliente misterioso, repartidor de pienso para perros a domicilio o productora de cine para adultos en realidad virtual.

Dobles de escenas de acción
Dobles de escenas de acción

¿Qué quieres ser de mayor? Esta es una de las preguntas más frecuentes que se formulan a los más pequeños, y ciertamente existen oficios que suelen ocupar los primeros puestos como médico, policía o abogado. Sin embargo, la realidad laboral de los aragoneses también tiene hueco para oficios más peculiares como el de los clientes misteriosos, repartidores de pienso a domicilio o dobles de acción.

El mundo del cine y la televisión da para muchos de estos trabajos poco habituales. Por ejemplo, el de especialista de acción Daniel Blasco lleva 8 años dedicándose a los espectáculos temáticos desde Zaragoza, sede de su compañía ‘Lobos Negros’. “Recreamos combates y situaciones del pasado, realizamos combates coreografiados en fiestas temáticas, eventos y rodajes audiovisuales", explica Blasco.

En su caso, todo comenzó como una ocupación puntual que iba alternando con “bolos de fin de semana”. “La crisis me dejó en el paro y decidí centrar todos mis esfuerzos en hacer de mi pasión mi profesión”, recuerda. Un trabajo que les ha llevado a visitar Portugal, España, Francia e Italia, donde han rodado numerosas películas y series de televisión. “La gente suele sorprenderse mucho, y nos pregunta que cuál es nuestro trabajo de verdad, les extraña que podamos vivir de esto”, asegura Blasco. Una de las cosas más divertidas de su oficio es viajar en avión, “sobre todo cuando enseñamos nuestros juguetes a la Guardia Civil en los controles rutinarios”, bromea.

Otro aragonés que se dedica al mundo del cine es Alberto Rodríguez, en su caso como actor de doblaje en Estudios Roma, que lleva más de 20 años especializada en dar voz a infinidad de personajes en la pequeña y gran pantalla desde la capital aragonesa. Entre sus últimos trabajos  se encuentran dos series que han sido emitidas en Aragón Tv, ‘Murdoch Mysteries’ y ‘Heartland’, y una serie de anime japonesa, ‘Chivi Maruko Chan’.

También ha puesto la voz en numerosas cuñas publicitarias de radio, y en algunos documentales de National Geographic. “Nuestro trabajo consiste en transportar a nuestro idioma algo que ha sido grabado en otro diferente, utilizando las herramientas propias de nuestra lengua para transmitir lo mismo que en el original”, resume el zaragozano.

Desde hace más de tres años, VirtualRealPorn se dedica a la producción de contenido para adulto en realidad virtual en 180º y 360º. “Fuimos pioneros en aplicar esta tecnología al contenido adulto y ahora mismo contamos con cuatro páginas web. A día de hoy estamos entre Zaragoza y Barcelona y contamos con varios equipos de trabajo en materia de desarrollo, marketing, soporte, producción y diseño”, explican. Un oficio, aseguran, que no deja indiferente a nadie: “Cuando decimos a lo que nos dedicamos la gente pone ponen los ojos como platos, pero a los dos segundos ya empiezas a notar medias sonrisas y bromas, y se acepta con naturalidad”.

Beatriz Aranda y Marta Monzón, ambas periodistas, jamás imaginaron que acabarían dedicándose a subtitular en directo programas de televisión, en este caso para Canal Sur para la empresa BGL. “Nos encargamos de lanzar los subtítulos intentando que se emitan en el menor tiempo posible y que se emitan sin fallos ni errores ortográficos”, resumen.

Entre las preguntas más habituales de quienes son conocedores de su ocupación se encuentran sus favoritas: ¿Tan mal se entiende a los andaluces para que tengáis que subtitularlos?, tendréis que escribir muy deprisa, o ¿no hay gente en Andalucía que lo pueda hacer? “Nosotras les explicamos que el servicio está pensado para los espectadores sordo-mudos, o para personas mayores que han perdido audición”, asegura Aranda. “Que se haga desde aquí es simplemente porque la empresa ganó una concesión pública”, concluye Monzón.

Sin embargo, fuera del mundillo audiovisual también existen trabajos que despiertan la curiosidad de quien escucha hablar de ellos, como el de los clientes misteriosos. “Se trata de evaluar el servicio y la atención en un local, tienda o establecimiento, que puede ser de cualquier cosa, en mi caso he hecho de informática, telefonía, joyas, coches y alimentación”, explica María. “Es muy divertido porque tienes que ir de incógnito, seguir una especie de guión y al tiempo observar si se cumplen una serie de requisitos”, asevera.

Elena Sierra es otra aragonesa, en su caso de Albalate de Cinca (Huesca), que ha hecho las veces de clienta misteriosa, en su caso para ‘Global Concept Hair’. “Tuve que ir a una peluquería de Zaragoza, LarHibi Asesores de Imagen, y someterme a un tratamiento para después evaluar cuestiones como el ambiente, el trato recibido o la calidad del servicio”, recuerda. Lo más curioso que le ha ocurrido en su trabajo es que finalmente, se convirtió en clienta habitual del salón. “Normalmente cuando lo comento se quedan sorprendidos de que haya hecho un trabajo así”, concluye.

Reparto a domicilio… ¡de pienso!

“Tenemos comida para canarios, tortugas, hámster, gatos, cobayas, conejos… aunque lo que piden la mayoría de nuestros clientes es pienso para perros”, explica Jorge Estrada, dueño de Superguau, una empresa zaragozana. ¿Lo que les diferencia?: realizan parte del reparto a domicilio –de 12 a 15 pedidos al día- en triciclo. En un viaje pueden cargar hasta 200 kilos de alimento.

En su caso, la iniciativa surgió de una experiencia personal: “Mi pareja y yo tenemos perros, y alguna vez llegábamos a casa y no teníamos pienso y pensábamos lo bueno qué sería que alguien nos lo acercase a casa”. Y así nació Superguau, que ofrece el servicio en furgoneta o en triciclo dependiendo de la zona y del trayecto.

“Para ir por el centro es mucho más cómodo por el problema del aparcamiento, además de ser un transporte sostenible, no gasta gasolina, no hace ruido, desestresa y ¡haces deporte!”, asegura. Sin embargo, para ellos lo mejor ha sido la publicidad que les ha dado el soporte: “La verdad es que hemos llamado mucho la atención. Tenemos dos triciclos y fue una inversión fuerte, 6.000 euros cada uno, pero ha merecido la pena”.

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