Los bingos están prohibidos fuera de las salas de juego si superan los 328 euros de premio, sin embargo no hay denuncias por este asunto. ¿Por qué no se sanciona a los ayuntamientos que permiten o incluso promueven este tipo de juegos de azar? La respuesta es porque se considera una actividad social que no genera adicción y por la que ningún particular ha puesto denuncia alguna.

Hasta ahora nunca se ha sancionado a ningún pueblo, ni siquiera se ha hecho un requerimiento. Desde el departamento de Presidencia del Gobierno de Aragón explican que es "muy difícil tener conocimiento de estas actividades" que, sin embargo, se realizan casi en cada rincón de Aragón durante las fiestas patronales.

"En la mayoría de los casos entendemos que no hay ningún ánimo de lucro y que por su singularidad no genera adicción", aseguran fuentes del Ejecutivo autonómico. "Se trata de una actividad social, en un ambiente festivo... De la misma forma que un bingo se puede organizar un concurso de guiñote, que también es juego", añaden, tras justificar que se limitan a "aplicar el sentido común" en lugar de la legislación vigente.

Hasta ahora no ha habido ninguna denuncia de particulares que se pudieran considerar afectados por esta actividad y, por eso, tampoco se ha pedido que actúe la Policía Autonómica, encargada de las denuncias en materia de juego. En la DGA tampoco son ajenos a que lo recaudado en la venta de boletos no siempre se destina íntegramente para pagar el premio, sino que hay un mínimo porcentaje para la entidad, asociación de vecinos o equipo de fútbol que lo organiza.