​Más de un tercio de los titulados están sobrecualificados

Ingenieros, matemáticos, físicos o químicos son los que consiguen con más facilidad empleos y salarios acordes al nivel de sus estudios.

La biblioteca del pabellón de Filología, de la Universidad de Zaragoza.
La biblioteca del pabellón de Filología, de la Universidad de Zaragoza.
Laura Uranga

Más de un tercio de los trabajadores españoles con título universitario desempeña una profesión que no requiere una educación superior.


Aunque son el colectivo con la tasa de paro más baja del país -casi tres veces menos que la de los que solo cuentan con el graduado escolar-, al menos un 37% están sobrecualificados según el último informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CyD) sobre la contribución de las universidades al desarrollo, presentado ayer en Madrid.


El dato revela dos desequilibrios que surgen del encuentro entre el mercado laboral y el sistema educativo en España: el bajo prestigio de la formación profesional, que se corrige poco a poco, y la disonancia entre los estudios más demandados y los puestos de trabajo de alta cualificación ofertados por las empresas.


"Existe un desequilibrio entre las titulaciones más demandadas por los estudiantes y las que mejor inserción laboral registran", aseguró Martí Paradella, coordinador del trabajo, durante su presentación a la prensa.


"Hay algunas con altas tasas de afiliación, buen salario y estabilidad, pero que son poco demandadas. Y con otras pasa al revés". Entre las que obtienen buenos resultados están la mayoría de ingenierías y los grados en matemáticas, física, química, óptica o administración y dirección de empresas. Una mayoría de los que las cursaron tiene ahora un empleo acorde a su nivel de estudios.


Las titulaciones con peores perspectivas laborales -que dotan a más personas de unos conocimientos que después el mercado no reclama- son las relacionadas con el periodismo, la comunicación audiovisual, las relaciones públicas, las bellas artes y la arquitectura.


"Tenemos que incidir en este tipo de datos y hacer que se conozcan", aseguró Paradella. "Porque pueden ayudar al estudiante a la hora de decidir qué formación quiere recibir y también a las instituciones a dilucidar qué titulaciones ofrecen".Inflexión en los recortes

A este desajuste se suma la baja proporción de jóvenes que deciden seguir su formación más allá de la educación obligatoria fuera de la universidad. Aunque, según la OCDE, dos de cada tres nuevos puestos de trabajo que se creen en España en las próximas décadas exigirán esta cualificación, los alumnos de Formación Profesional apenas representan un tercio del total. De media, en Europa, son casi la mitad. Aun así, reconoció Paradella, la situación se corrige poco a poco. Ya son el doble que antes del comienzo de la crisis. "En España no existe esta tradición, pero se está volviendo relevante", indicó.


Tras años de recortes y cambios, aseguró el coordinador del informe, las universidades españolas han perdido entre 80.000 y 90.000 nuevos alumnos desde el curso 2011-2012, su momento de mayor auge.


Aunque según Paradella no está claro que haya un único motivo, apuntó a varias posibles explicaciones: el aumento de las tasas -especialmente en algunas comunidades autónomas como Madrid o Cataluña, donde se han duplicado-, una menor cuantía de las becas y las exigencias de dedicación exclusiva que impone el Plan Bolonia.


"El aumento de los costes para las familias, junto a las exigencias de tiempo sirven para explicar la reducción en el número de alumnos", afirmó el coordinador del trabajo.


Pese a todo, según los autores del informe, 2014 parece ser el punto de inflexión en lo que respecta a recortes para las universidades. "Han sufrido unas reducciones presupuestarias nunca vistas", afirmó Paradella. Y con ellas, señaló, recortes en personal, en profesores y en infraestructuras.


"Ha sido de alrededor de un 14% entre 2009 y 2013, que a precios reales se va hasta un 22%", aclaró. Pese a todo, en este periodo la producción científica ha aumentado, aunque a costa de una disminución de la calidad.


"Disminuyen las colaboraciones internacionales, el liderazgo, la excelencia y la combinación de estos factores", sentenció.


La presentación de informe la presidió el rey Felipe VI, que pidió apoyar a las universidades como fuentes de innovación y prosperidad y dotarlas de más recursos. "Se impone la tarea de ayudarla para que siga contribuyendo al desarrollo", aseguró.

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