A todos los problemas ocasionados por la riada, ahora hay que sumarle las dificultades de trabajar con el viento en contra puesto que Aragón se encuentra en alerta naranja por las fuertes ventoleras. Según la Agencia Estatal de Meteorología, las rachas más fuertes se darán en el Pirineo y pueden llegar a los 100 kilómetros por hora. Por su parte, en la ribera del Ebro los vientos rozarán los 80 kilómetros por hora.

Las precipitaciones continúan cayendo en el área pirenaica y en la Ibérica, aunque cada vez de manera más moderada, lo que ocasionará nevadas débiles en el Pirineo. La cota de nieve seguirá bajando, situándose de entre los 1.600 y 600 metros en el norte y entre los 1.800 y los 1.000 en el sur. Por su parte, las temperaturas estarán en moderado descenso, dándose las mínimas a últimas horas del día. Habrá heladas débiles o moderadas en las áreas de montaña.

Los riesgos de aludes se reducen

El peligro de avalancha que se registró este jueves obligó a cerrar los accesos a Francia desde el Pirineo aragonés debido a la gran cantidad de nieve acumulada durante los últimos días. Sin embargo, este viernes el temporal remite y el riesgo se reduce pasando de naranja a amarillo.

Según informa la Dirección General de Tráfico (DGT), el riesgo de aludes impide circular a Francia por la N-330 a través del túnel del Somport y del alto del mismo nombre, y también por los pasos de Bielsa (A-138) y del Portalet (A-136). Además, los accesos al Balneario de Panticosa por la carretera A-2606 y por la A-139 a la estación de esquí de fondo de los Llanos del Hospital, en Benasque, continúan cerrados también por el mismo peligro.