Sanidad aboga por cambiar el concepto social de alcohol como ocio para proteger a menores

El Ministerio está preparando una iniciativa que proteja a los jóvenes de la publicidad engañosa y les obstaculice el fácil acceso que tienen.

Imagen de archivo de unas botellas de alcohol en un supermercado
Imagen de archivo de unas botellas de alcohol en un supermercado
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El Ministerio de Sanidad asume que también va a recibir presiones con la ley de protección de los menores del alcohol que está preparando, pero que en este caso, a diferencia del tabaco, goza de una gran aceptación social e incluso es una "parte fundamental de nuestro ocio", cuando "no debería ser así".

"Alguien que deja de fumar es un héroe, pero alguien que deja de beber es cuestionado", reflexiona a EFE la ministra de Sanidad, Mónica García, al ser preguntada por las distintas normativas que su departamento se ha fijado como prioritarias.

Preocupado porque el consumo de alcohol "sigue siendo un problema" entre los menores, el Ministerio está preparando una iniciativa que les proteja de la publicidad engañosa y les obstaculice el fácil acceso que tienen adaptándose a los nuevos usos que están haciendo de esta sustancia.

El proyecto de ley con el que intentará regular la venta, publicidad y marketing de alcohol para frenar el consumo en los más jóvenes quiere ser "un poquito más ambicioso" y acompañar las normas meramente restrictivas de otras medidas para proteger a los menores de mensajes engañosos -especialmente en redes- y la facilidad del acceso, adaptándose a los cambios de uso que están haciendo de esta sustancia.

No es una iniciativa nueva, ya que desde que en 2017 se creara en el marco de la Comisión Mixta para el Estudio del Problema de las Drogas una ponencia cuyas conclusiones -entre ellas acabar con los botellones o limitar la publicidad en los puntos de venta- iban a servir para guiar una futura normativa, todos los antecesores de García han mostrado su intención de sacarla adelante.

La ministra explica que las acciones punitivas, que pueden dar resultados en algunos casos, "no siempre funcionan", por lo que hay que "estudiar cuál es la más eficaz".

De lo que sí es consciente es de que van a recibir presiones como las han tenido también con el plan antitabaco que han aprobado recientemente, con la diferencia de que el alcohol está mucho más aceptado socialmente.

"Todos los lobbies y todos los que nos han presionado para que no defendamos la salud de la gente han pinchado en hueso en nuestro Ministerio, pero es verdad que el alcohol tiene una connotación social diferente al tabaco. Tenemos que cambiar ese concepto de social del alcohol como una parte fundamental de nuestro ocio porque no debería ser así".

Sanidad no va a renunciar a aumentar la fiscalidad del tabaco para incrementar el precio de la cajetilla, a pesar de que esta medida fue eliminada a última hora del plan pese a haber tenido el respaldo de todo el Consejo Interterritorial.

Pero "tampoco" lo hace el de Hacienda, que es el que tiene la competencia exclusiva en materia de fiscalidad, porque ambos saben que es una de las medidas más efectivas para reducir su consumo.

"Al revés. Lo que pasa es que el Ministerio de Hacienda le quería dar entidad propia a eso por ser parte de sus competencias", ha garantizado.

Tampoco renuncia a ampliar los espacios sin humo, aunque eso tendrá que negociarse en el Parlamento.

Desde Sanidad quieren que sean "lo más amplios posibles" y que se incluyan las terrazas que, lejos de los discursos apocalípticos que vaticinaron que "se iba a acabar" con la primera normativa de 2006, nada de aquello ocurrió y hoy por hoy la hostelería "goza de una salud de oro".

"Convenceremos, creo, a los grupos políticos para que lo aborden", concluye.

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