gastronomía

Así es un día en una cocina de campaña de militares: "Hay margen para sorprender"

La Academia de Logística en Calatayud acogió unas jornadas con varias unidades militares.

Jornadas de cocina de campaña con militares en Calatayud.
Jornadas de cocina de campaña con militares en Calatayud.
JMACIPE

Entre el amplio abanico de programas formativos que se imparten desde la Academia de Logística del Ejército de Tierra, con sede en el acuartelamiento Barón de Warsage de Calatayud, está incluida la especialidad de Hostelería y Alimentación, lo que convierte al centro bilbilitano en una referencia para la enseñanza del personal de la escala de tropa.

Con motivo del 50 aniversario de la creación de esta institución educativa en la ciudad, esta semana se han desarrollado unas jornadas de alimentación en campaña. Entre el martes y el viernes, Calatayud ha sido el punto de encuentro de cerca de 30 integrantes de distintas unidades militares con base en dispares puntos de España.

En dos tandas, han participado equipos de dos personas de la Guardia Real, ubicada en el en el Pardo en Madrid; del Regimiento de apoyo a emergencias de la UME, procedentes de Torrejón; del Grupo Logístico X, llegados de Córdoba, y del Regimiento de Caballería 'España' nº 11 y de la Agrupación de Apoyo Logístico nº 41, ambas radicadas en Zaragoza. Algunos de estos inscritos ya habían estado en la academia con anterioridad. Todos ellos tenían que confeccionar una propuesta de menú, con platos comunes y uno de libre elección, que presentaban ante un jurado.

"La parte de concurso no es la más importante, es solo un aliciente para poner un punto de presión a los equipos. El objetivo es que esta actividad sirva para mejorar los procesos de preparación, incidiendo especialmente en el empleo eficiente de los medios que disponen las unidades operativas durante las maniobras o en despliegues en zonas de operaciones", detalla el cabo primero y profesor José Eulogio Ramírez. En su caso concreto, formado en el Instituto Politécnico 1 de Madrid que una vez unido al IPE 2 de Calatayud crearon la actual Academia, acumula más de 25 años de experiencia.

En ese periplo, Ramírez reconoce que en el fragor de las maniobras lo fundamental es adaptar los menús a la actividad que desarrolla la tropa. "Según el desgaste que hacen, se preparan unos platos u otros. Si es de despliegue físico, necesitan un aporte que compense el esfuerzo. Pero lo más común son guisos, sopas que tienen que estar listas en el momento justo", remarca. Como docente, reconoce que existe diferencia entre su actividad diaria y lo que se encuentran fuera: "Estas jornadas acercan un poco de realismo a la situación que te encuentras luego".

Durante la jornada del jueves, los equipos se enfrentaban a un menú, en el que el primero y el postre eran iguales para los equipos (lentejas con chorizo y arroz con leche) y donde había margen para dar un toque personal en los segundos. En el caso del conjunto en el que participaba José David Porras, del Grupo Logístico X, su apuesta era una carrillada al Pedro Ximénez con puré de patata trufado. "Lo más habitual es carne a la plancha, pero también hay margen para sorprender", puntualizaba. En dos décadas, uno de sus destinos fue Letonia, y recuerda que las herramientas eran muy similares.

Ese elemento fundamental es una cocina móvil que se sustenta sobre un pequeño remolque, donde se colocan los fogones y que funciona a gasolina. Para Alberto Terrón, de la Agrupación de Apoyo Logístico nº 41, es un reto. "El fuego es más difícil de regular, por lo que hay que controlarlo más. Como segundo, su apuesta era unas chuletas de cerdo. Para él, una jornada así tenía como reclamo el poder "intercambiar información e impresiones con otros compañeros". Entre esas dudas, a Terrón le sorprendió cómo uno de los equipos abogó por hacer un salmón a la naranja: "Preguntas y compartes consejos y trucos, para seguir aprendiendo".

Como uno de los pinches, Melani Teresa Quitarte, destinada en la base de El Goloso como cabo, es una forma de "ampliar la formación y ganar experiencia con personas ya curtidas". "Busco ser cabo primero permanente y mi objetivo es desempeñar esta labor en zonas de operaciones", valoraba.

A esta parte práctica de talleres, la jornada añadía una parte más teórica. Por ejemplo, se explicó e hizo hincapié en el uso y mantenimiento tanto de las cocinas en remolque, denominadas Arpa por el fabricante asentado en La Muela, como de otras más amplias que ese usan en misiones más estables, denominadas 600-800.

Además, los participantes también disfrutaron el martes de una clase magistral de cocina aragonesa, impartida por la escuela zaragozana de cocina La Zarola y, como colofón, una visita guiada a la ciudad de Calatayud.

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