La Guardia Civil celebra en Aragón sus 180 años “con la seguridad y la protección a la ciudadanía” como prioridades

El acto institucional se desarrolló frente al Palacio de Congresos de Zaragoza y consistió en una parada militar en la que se repartieron distinciones, se destacó a los agentes que pasan a la reserva o el retiro y se homenajeó a los caídos por España.

El general Francisco Javier Almiñana pasa revista a la compañía que ha participado en los actos de conmemoración del 180 aniversario de la Guardia Civil.

“Nuestra prioridad es dar seguridad y proteger a la ciudadanía con honestidad, con la mejor preparación y cualificación, siempre fortalecida con valores morales y buscando la mayor eficiencia en el empleo de los recursos humanos, materiales, tecnológicos y económicos puestos a nuestra disposición”. El general jefe de la 8ª Zona de la Guardia Civil en Aragón, Francisco Javier Almiñana, recordó este lunes durante la celebración de su 180 aniversario los principios por los que se rige el Instituto Armado. En su discurso resaltó valores “como el honor, la disciplina, la vocación de servicio, el espíritu de sacrificio, el compromiso y la entrega” que guían a sus miembros “aún a costa de la propia vida”.

Al acto de marcado corte institucional desarrollado en la plaza de Lucas Miret de Zaragoza frente al Palacio de Congresos asistieron algunas de las principales autoridades civiles y militares de Aragón. A Almiñana lo acompañó en el palco el delegado del Gobierno, Fernando Beltrán. Tampoco faltaron entre otros la presidenta de las Cortes de Aragón, Marta Fernández, la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, la Justicia, Concepción Gimeno, y la consejera de Presidencia, Interior y Cultura del Gobierno de Aragón, Tomasa Hernández.

Un acto en el que se homenajea a los efectivos que pasan a reserva y retiro y a los fallecidos del Cuerpo.
Un acto en el que se homenajea a los efectivos que pasan a reserva y retiro y a los fallecidos del Cuerpo.

La celebración, vertebrada a través de una parada militar, sirvió para imponer diversas condecoraciones, homenajear a quienes han pasado a la reserva o el retiro, y recordar a los 41 fallecidos durante el último año y a los que dieron su vida por España. La compañía de honores estuvo formada por miembros de algunas de las especialidades que aglutina la Guardia Civil. Hubo especialistas de Montaña, Cinológico, Aéreo, Tedax, Seprona, Tráfico, Seguridad Ciudadana, Fiscal, Fronteras, Actividades Subacuáticas y GRS. Tampoco faltaron unidades motorizadas como los turismos de la agrupación de Tráfico y de la Comandancia y las motocicletas. Además, colaboró la unidad de música de la Academia General Militar y un cornetín de órdenes de la Brigada Aragón I.

Tras los honores a la bandera y la revista a la compañía, se leyeron algunos de los artículos de los reales decretos fundacionales de la Guardia Civil, el de creación correspondiente al 28 de marzo de 1944 y el reformado del 13 de mayo de 1844. Así se recordó la particularidad de ser un cuerpo de naturaleza militar con funciones policiales puesto en marcha en su momento para dar solución a la situación de inseguridad que se vivía en el país.

“Mantenerse firme a la lealtad, mantener la disciplina, mantener el honor como norte no es siempre fácil. Sin embargo, el espíritu de servicio a los demás nos ha ayudado a recorrer este camino de más de 40 años”, destacó el general de división Carlos Crespo, quien hizo de portavoz de los nueve guardia civiles que se despidieron de la bandera por pasar al retiro o la reserva.

El general de brigada Santiago Alfonso Ibarreta, jefe de la Base Aérea de Zaragoza, recibió la cruz de plata de la orden del Mérito de la Guardia Civil al igual que el teniente general de la Gendarmería Nacional francesa, Samuel Dubuis, responsable de la región de Nueva Aquitania en el país vecino. Junto a ellos, se entregaron 15 cruces con distintivo blanco, condecoración que se reserva a aquellos que han evidenciado relevantes cualidades durante un servicio.

El acto se cerró con el homenaje a los caídos, en el que una pareja de agentes vestidos con el uniforme de la época fundacional portaron ante el monolito conmemorativo una corona de flores que depositaron dos de los agentes que pasan a la reserva.

La parada fue presenciada por más de 200 personas que aplaudieron a los guardia civiles en momentos como después de que se interpretase el himno del cuerpo o en el desfile final. Muchos familiares y amigos de los presentes, pero también ciudadanos que no quisieron perderse la celebración. “Es un cuerpo de seguridad que representa algunas de las mejores cosas que tenemos en España”, afirmó Javier, cuyo padre fue guardia civil y que se crió en una casa cuartel. “Siempre están para ayudar, no solo ponen multas en la carretera, su labor en los pueblos es muy importante”, destacó Carmen otra de las espectadoras.

“La Guardia Civil es en infinidad de ocasiones el único puente existente con aquel que necesita auxilio”, resumió el general Almiñana. “Siempre aparece, acomete su solución o solicita ayuda mientras conforta al auxiliado y, lo más importante, permanece en el territorio”, subrayó. 

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