Los sindicatos protagonizan hoy la celebración del Día Internacional del Trabajo, tanto en Aragón como en buena parte del resto del mundo. En nuestra Comunidad, reconocen que los datos macroeconómicos son buenos, pero reivindican una reducción de la jornada laboral y una mejora de los salarios. 

Estas reclamaciones clásicas tienen que compaginarse con nuevos retos de unas relaciones laborales en constante cambio por la transición tecnológica, la automatización, el teletrabajo o el uso de inteligencia artificial. El futuro de las centrales sindicales depende de que sepan seguir siendo imprescindibles para los trabajadores y para el diálogo social.

UGT, Comisiones Obreras y los demás sindicatos con implantación en Aragón han convocado diversas manifestaciones y concentraciones, tanto en las tres capitales como en algunas de las cabeceras de comarca, para celebrar una jornada reivindicativa en la que "hay que poner en valor el mundo del trabajo como motor de transformación de la sociedad". En esta línea transformadora, las centrales sindicales, que en Aragón vienen desarrollando un positivo papel en el marco del diálogo social, deben hacer un esfuerzo por adaptarse con rapidez a los constantes cambios del mundo laboral. Persisten viejos problemas, como un elevado paro en comparación con la UE, un acuciante desempleo juvenil, la siniestralidad o la brecha salarial entre mujeres y hombres. Pero, además, surgen otros desafíos asociados a unas nuevas relaciones laborales. Si los sindicatos no les dan respuesta, las generaciones más jóvenes tomarán cada día más distancia de unas estructuras y unas estrategias sindicales envejecidas y todavía mal adaptadas a los problemas del nuevo trabajo.