El arte urbano tatúa las calles del barrio más multicultural de Huesca

El Perpetuo Socorro atesora un valioso legado de murales obra de artistas de talla nacional e internacional que invitan a reflexionar. La asociación de vecinos aspira a crear una ruta turística 

Murales del barrio del Perpetuo Socorro de Huesca.
Uno de los murales del barrio del Perpetuo Socorro de Huesca, obra de Gozas y Gatta.
Veronica Lacasa 9a9<

Cada vez más, las ciudades no solo promocionan el arte que encierran sus museos, sino también el que está tatuado en sus calles, que a menudo suele esconder muchos mensajes para la reflexión. El Perpetuo Socorro, el barrio más multicultural de Huesca, aspira a convertirse en un referente de este arte urbano con los murales que exhiben muchos de sus rincones.

La asociación de vecinos ha ampliado la colección con el reciente y exitoso Barrio Fest, que incluía una treintena de actividades de arte, música, juegos, narrativas del mundo... Todo ello con el objetivo de propiciar espacios de encuentro entre los vecinos de toda la ciudad y de todas las culturas, fomentar los valores positivos de la diversidad o acabar con los estereotipos sobre el barrio, mostrar el talento y la creatividad.

Bajo la coordinación del oscense Edgar Camarero ‘Gozas’, artistas de Aragón (David Gatta, Marta Alonso, CTP Crew, Barok, Chome y Zorro 1), Alicante (Loco13) o Francia (Nokaduka) plasmaron sus ideas sobre tapias y fachadas.

En la plaza de la Música, el propio ‘Gozas’ y David Gatta pintaron mano a mano un gran mural de más de 10 metros de altura reproduciendo una escena costumbrista del propio barrio en la que aparece un niño corriendo y riendo con tres perros como expresión de libertad y de juego en la calle.

Romper los muros

En la calle Gibraltar también trabajaron en pareja Zorro 1 y Nokaduka, con sendos grafitis -uno con una técnica de dibujo y otro más expresionista con imágenes basadas en la fotografía– que invitan a romper los muros con una frase muy significativa, ‘Cruza el puente’, en clara alusión a la barrera física del río Isuela que ha separado siempre al Perpetuo Socorro del resto de la ciudad.

Desde Fraga viajaron cinco miembros del colectivo CTP (Duman, Smurf, Dolor, Sam86 y Skndl) para pintar en la calle Zacarías Martínez unos edificios unidos por engranajes que recuerdan al constructivismo ruso y con el contundente mensaje de ‘Solo el barrio mueve el barrio’.

La ruta siguió hasta la rotonda de Ramón y Cajal con la calle Valencia, donde tres artistas -Loco13, Barok y Chome- plasmaron los valores del hip hop con el lema ‘Peace, love and unity’ (paz, amor y unidad) y reflejaron también la multiculturalidad del Perpetuo con una mujer africana rodeada de animales de la Sabana y otra con estética bereber.

Y Marta Alonso pintó en el número 45 de Ramón y Cajal a dos mujeres mitológicas, una con una enredadera saliendo de su boca como metáfora de las redes de ayuda que crea el colectivo femenino; y la otra expulsando fuego como símbolo de su fuerza.

El trabajo artístico de Barrio Fest se completó con un mural efímero colectivo en la valla de obra del futuro centro de salud que se está construyendo tras años de reivindicaciones vecinales. Allí, quien quiso pudo reflejar su silueta y decorarla luego a su gusto.

Todos ellos se suman a otros ocho murales que se pintaron hace poco más de cinco años dentro de un proyecto que impulsó entonces el Ayuntamiento con la asociación Asalto bajo el nombre de ‘Barrioh!’ para invitar a mirar el barrio "con otros ojos" gracias al trabajo de nueve muralistas nacionales e internacionales.

Quedaron como legado obras de artistas de la talla de Helen Bur, una británica que ha hecho murales en muchas ciudades europeas y que dibujó sobre una pared de 15 metros a una mujer con aros en el cuello y en las muñecas como símbolo de la lucha femenina para poder liberarse de las cadenas y alcanzar la igualdad real.

También el oscense Bhurton pintó un gran mural con una imagen de la virgen del Perpetuo jugando al mismo tiempo con el mundo digital ya que introdujo una ventana de mensaje de ordenador con la frase ‘Todos tenemos derecho a ser escuchados’, en referencia al "olvido" que ha sufrido el barrio durante muchos años.

Otro oscense, Javier Aquilué utilizó fotografías de vecinos que hicieron previamente alumnos de la Escuela de Arte para plasmarlas en un mural en forma de retratos. Algunas familias de niños y niñas al final no dieron autorización para usar su imagen por lo que el artista las desdibujó para aludir a la pérdida de identidad.

Homenaje a la mujer gitana

Alva Moca, barcelonés de nacimiento aunque también oscense de adopción, dejó en la fachada de un edificio de Balsas de Chirín una representación de la mujer gitana, un colectivo con mucha presencia en el barrio, con referencias alusivos al flamenco y a la fuerza.

La jienense Verónica Soto imprimió su huella sobre la puerta de entrada al colegio público Pío XII con una reflexión sobre la diversidad de razas y el color ‘carne’ ya que para cada una de ellas tiene un tono diferente. Sojo Art y Jesús Brea pintaron su mural en la calle Federico Mayo y la belga Dourone en la calle Fornillos.

Desde la asociación esperan ir ampliando cada año la colección y que se cree una ruta turística "para que los visitantes tengan un atractivo más, como ocurre en Belfast o Málaga, por ejemplo", destaca su presidenta, Puri Broto.

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