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Lita Cabellut: "Canto a la felicidad en un tiempo oscuro. No solo soy dramática"

La pintora de Sariñena expone por primera vez en Madrid: en Opera Gallery presenta la serie 'La niña en la mirada' y prepara un proyecto sobre Goya

Una de las piezas que la artista presenta en Madrid, en su serie 'La niña en la mirada'.
Una de las piezas que la artista presenta en Madrid, en su serie 'La niña en la mirada'.
Archivo Opera/Lita Cabellut.

Lita Cabellut (Sariñena, Huesca, 1961) vive continuos sueños. Goya es para ella una referencia continua, como lo son García Lorca y Camarón de la Isla. Son nombres y universos que alimentan la creatividad de una mujer que no para y que acaba de inaugurar en Madrid, en la Opera Gallery, su primera exposición en la capital: ‘La niña en la mirada (Iniciaciones mistéricas de la pintura de Lita Cabellut)’. Una muestra sobre las flores, la infancia y la adolescencia y todo un ejercicio plástico de ‘deconstrucción’. El ocho de octubre en la Academia de San Fernando inaugurará un homenaje al maestro de Fuendetodos

¿Cómo va todo? ¿Está feliz?

Feliz, muy feliz. Y a la vez en plena agitación y ebullición. Estamos en esta primera muestra en Madrid, con los galeristas, amigos, artistas, críticos, con mucha prensa, y a la vez apurando el proyecto sobre Goya. Al final, como suele suceder casi siempre, dicho sea desde la máxima gratitud, el lugar favorito del artista, el templo de su felicidad, es su estudio. La vida del artista…

¿Qué ocurre con ella?

Si hablo de la vida del artista tengo que decir que donde más feliz soy y estoy es en el estudio. Insisto. O en el campo, al lado de un riachuelo o de un bosque musical y exuberante. El resto es maravilloso, lo que me está sucediendo aquí, percibir el interés, sentir el cariño, la admiración, pero un artista en el fondo no está hecho para esto.

Ja ja ja. Nadie lo diría. Allá por donde va, suscita atenciones, quieren oírla, ver sus intervenciones con los cuadros. Hablemos de ‘La niña en la mirada’.

He tenido una recepción maravillosa. Han venido más de 200 personas, y todo el mundo estaba entusiasmado, pero sobre todo lo que ha gustado mucho, muchísimo, es el tema, porque habla de ternura, de luz, de color, de buenas noticias. La muestra ‘La niña en la mirada’ trae buenas noticias.

"Si hablo de la vida del artista tengo que decir que donde más feliz soy y estoy es en el estudio. Insisto. O en el campo, al lado de un riachuelo o de un bosque musical y exuberante"

¿Por qué lo dice? Pinta las flores y la primavera.

Sí. ¿Le parece poca alegría eso? Colmenar Viejo, en Madrid, tiene una tradición: las niñas, muy muy jovencitas, casi antes de los dos años, saludan a la primavera. Y allí recogen flores de lo que crece a su alrededor, y lo más bonito es que hacen la ofrenda de la naturaleza para la naturaleza.

La pintora de Sariñena ante uno de sus cuadros, más luminosos y llenos de alegría.
La pintora de Sariñena ante uno de sus cuadros, más luminosos y llenos de alegría.
Archivo Opera/Lita Cabellut.

¿Por qué Colmenar Viejo, ha estado por allí? ¿Por qué le ha impresionado todo eso?

No había estado, no. Me encontré por casualidad el ritual, esas 'mayas',  en una revista muy humilde, pequeñita, que hablaba sobre esa fiesta, de escasa importancia, en un principio, y a mí me llamó la atención. Me encantó reivindicar ese fiesta tan popular, tan necesaria y tan bonita, en este tiempo atormentado y tan contradictorio en el que vivimos. En todos los sitios se habla del miedo, del terror, de la oscuridad, de la urgencia, y esto es una bocanada de belleza.

Hace una pintura bastante diferente: cuadros grandes, retratos, con misterio, cuidados fondos y la huella de la pintura mural azotada por el tiempo.

Sí, sí, hay mucho color, mucha textura y mucho aire. Si cerraras los ojos olerías un campo silvestre y sentirías el sol en la cara.

Este tema es bastante nuevo en su trayectoria.

En cierto modo, sí, aunque la infancia siempre la he pintado pero de forma muy dramática, con dolor, y esta es una infancia donde hay un ojo crítico, claro, pero también muy potente: son muy poderosos estos niños. Están reivindicando algo que les pertenece. Apuesto por personajes singulares en piezas únicas.

¿Los niños existen, los soñó, los retrató antes con su cámara?

Los niños existen. Hemos buscado en Países Bajos, un país muy multicolor y lleno de razas: hay niños africanos, un niño ucraniano, otro ruso, otro holandés, otro español, otro latinoamericano, es una mezcla. Hay tres niños y el resto quince niñas. Algunos niños no querían…

¿No querían, qué…?

Posar, ser retratados en esta atmósfera. Este es un trabajo muy vinculado con mi pasión por la naturaleza. Esa pasión está ahí porque mi casa de campo es la que me está proveyendo de color, de inspiración, de flores...

Una de las piezas más sugerentes de la muesta: 'Liria', realizada en 2024.
Una de las piezas más sugerentes de la muesta: 'Liria', realizada en 2024.
Archivo Opera/Lita Cabellut.

Usted suele dialogar con los maestros de la pintura. ¿Con quién lo hace aquí?

Aquí ves el influjo y la sensibilidad flamenca, el mundo de Gustav Klimt, y lo que ves es el arte popular de la colección Thyssen, la pintura costumbrista y romántica española, esas mujeres con mantillas, ese cromatismo tan sugerente. Aquí ‘coqueteo’ mucho con los costumbristas.

Ja ja ja. ¿No hay un homenaje explícito a Botticelli?

También. También. Este es mi canto a la felicidad en un tiempo oscuro. Esta es la carta que saco, que tenía guardada: no solo soy una mujer dramática, sino que esta también soy yo. Aquí está la luminosidad y la ternura: las tenía guardadas y todo eso lo he sacado ahora en tiempos convulsos para mi estreno en Madrid.

¿Qué planes tiene para estos días en España?

Reunirme con gente y convencer a promotores e instituciones de que el ‘Proyecto Goya’ tiene que estar presente, que se tienen que involucrar. He pasado mucho tiempo entre el Museo del Prado y la Academia de San Fernando pensando, barajando ideas.

¿En qué consiste su ‘Proyecto’?

Estoy trabajando desde hace tiempo en ‘Los Disparates’ de Goya. Le digo el título, que es casi una explicación o un manifiesto, lo dice todo, y son palabras de Goya: ‘Mísera humanidad. La culpa es tuya’.

"Una exposición que sea una síntesis de mi mundo, de mis obsesiones y de todo lo que Francisco de Goya me inspira. Lo admiro profundamente. Quiero que se vea a la Lita Cabellut que, a través de los blancos y los grises, sale de los negros"

¿Puede avanzarnos algo más?

A partir de ‘Los Disparates’ hago una interpretación personal en lienzo, en escultura, en instalaciones y también habrá creación en videoarte. Será uno de mis trabajos más ambiciosos. Estoy muy ilusionada. Quiero abarcarlo todo. Todo. Una exposición que sea una síntesis de mi mundo, de mis obsesiones y de todo lo que Francisco de Goya me inspira. Lo admiro profundamente. Quiero que se vea a la Lita Cabellut que, a través de los blancos y los grises, sale de los negros.

De acuerdo. Concrétenos asuntos, temas, aproximaciones...

Tocaré muchos asuntos, claro: esos grabados de Goya hablan de miseria, inhumanidad, violaciones, brutalidad, maltrato y abuso a la mujer, matrimonios forzados, ridículo o ignorancia. Y todo eso estará ahí. Como se puede imaginar es un trabajo muy distinto a este. El arte es investigación, riesgo e incertidumbre. Y yo estoy ahí, en ese camino.

Otro tono, otra forma de mirada, el 'cútter' en acción: se trata del cuadro 'Clavelina'.
Otro tono, otra forma de mirada, el 'cútter' en acción: se trata del cuadro 'Clavelina'.
Archivo Opera/Lita Cabellut.
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