Aída Ribalta (Grupo Suárez): "Está creciendo la compra del 'porque yo lo valgo'"

Tras sumar experiencia en Idealista y Sephora, esta barbastrense afincada en Madrid está al frente de un millar de trabajadores, el 95% mujeres, en Grupo Suárez, una las compañías más distinguidas del país. "Con herramientas, retener el talento no es difícil", asegura.

Aída Ribalta, directora de Recursos Humanos de Grupo Suárez, en la sede de la compañía en Madrid
Aída Ribalta, directora de Recursos Humanos de Grupo Suárez, en la sede de la compañía en Madrid
Aida Ribalta 25 04 2024 Foto Enr

Ha trabajado en empresas familiares y en grandes compañías. ¿Con cuál se queda?
No tiene nada que ver una multinacional con una empresa familiar. Aquí te puedes cruzar por el pasillo con don Benito y con don Emiliano Suárez, que son segunda generación. Van a las tiendas, preguntan a las vendedoras y a las directoras cómo están, qué les preocupa, qué opinan del producto, cómo ven al cliente... En una multinacional tienes una línea jerárquica, pero difícilmente vas a ver al presidente preocupándose por las vendedoras. 

Eso no resta prestigio a una firma con 80 años de vida. ¿Transmiten el peso de esa historia desde el mismo proceso de selección?
Ese legado está impregnado en todo lo que hacemos día a día, desde el plan estratégico, en el que se respira esa tradición y calidad. Y sí, en el proceso de selección buscamos a personas que se adecúen a la calidad humana de Grupo Suárez. Y a lo mejor los que se nos escapan y entran se caen del barco porque aquí hay un espíritu muy fuerte de empresa familiar. 

¿Dónde y cómo se busca el talento hoy en día? 
Es fácil encontrarlo para oficina, porque es una marca atractiva, pero es más complicado para punto de venta. Desde el confinamiento está siendo muy difícil encontrar vendedores. A la gente no le apetece tanto trabajar los fines de semana, valora muchísimo más la conciliación. Está costando adherir a las nuevas generaciones a un trabajo en punto de venta que vean atractivo para desarrollar su carrera profesional. Aquí pueden hacerlo, nuestra directora general empezó como vendedora, en un punto de venta. En cualquier caso, tenemos un equipo especializado en talento, y hacemos una labor de captación en las tiendas. Nos vamos ‘de caza’ tanto a concesionarios de coches de lujo, a hoteles o a otras firmas a ver qué hay. 

¿Es más difícil atraer el talento o retenerlo? 
Estamos ahora en un momento dulce con unos ratios de rotación súper bajos. Si pones las herramientas adecuadas, retener el talento no es difícil. Nosotros tenemos un plan de carrera muy jugoso. 

¿Cómo es el candidato ideal?
La definición de talento en la compañía está muy ligada al ADN de la empresa. Buscamos personas con una capacidad de aprendizaje y de adaptación alta. Porque el entorno es muy cambiante y todos los días te levantas con algo que te sacude las ventas, y porque estamos innovando todo el tiempo. Además, tiene que ser ejemplar, porque estamos vendiendo joyas de lujo, momentos en la vida de una persona. Pero sobre todo, debe tener pasión por la firma, que de verdad sientan que quieren trabajar en Grupo Suárez, no que les dé igual trabajar aquí que en la tienda de enfrente. 

Parece un sector muy feminizado. ¿Intentan equilibrarlo?
Sí, tenemos un 95% de mujeres en plantilla, evidentemente cumplimos con el plan de igualdad. Nuestro reto es integrar al hombre en un sector tradicionalmente femenino. Cuando yo llegué estábamos en el 98%. En relojería se ven más hombres pero en joyería les cuesta más, aunque en las nuevas generaciones se ve un cambio, lo aceptan si creen que se van a poder desarrollar profesionalmente.

¿Qué buscan o exigen hoy en día los trabajadores?
Lo primero que te preguntan es el sistema de libranzas, si es en oficina, el teletrabajo, los horarios, si son flexibles... Es la conciliación y el valor a la vida personal. Con 80 años de tradición joyera, tenemos aquí gente que lleva esos 80 años, como presidencia, otros que llevan 40 años trabajando con nosotros y convivimos muchísimas generaciones. Tienes la gente que trabaja pensando en proyectos y otros que sienten que han desarrollado aquí toda su carrera y que forma parte de su vida. 

¿El mercado del lujo requiere una capacitación especial o una formación específica para la plantilla?
Totalmente. Tenemos empleados que son más relaciones públicas que vendedores, tienes que tener esa sensibilidad al mundo del lujo, que no les dé miedo abordar esa venta más sofisticada y delicada. Tienen que tener una red de contactos espectacular y a veces entablan relaciones personales con los clientes porque les acompañan en momentos vitales muy importantes. Gracias a Dios, casi todo el mundo pide matrimonio a través de Suárez y ya les acompañamos en la vida de ese cliente desde la pedida, las alianzas, el nacimiento del primer hijo, los aniversarios y al final es una empresa familiar que pasa a ser parte de tu familia. Por eso tenemos tantísimo cuidado con la rotación de personal. 

Pero la gente cada vez se casa menos... 
Analizamos el motivo de compra y es llamativo que cada vez está creciendo más el ‘porque yo lo valgo’. Me voy a dar un capricho, porque sí, porque es mi momento y me lo compro. Seguimos siendo joyerías de regalo, pero sí tenemos esa sensación de cambio. Incluso está amaneciendo un motivo de compra nuevo, el del divorcio.

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