Dos hosteleros, acusados de vaciar un restaurante de Tauste del que fueron desahuciados

Los antiguos inquilinos afirman que toda la maquinaria, mobiliario y enseres que se llevaron al dejar el establecimiento les pertenecían, mientras que la propiedad defiende que los sustrajeron

Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
H. A.

Los dos ya tenían experiencia en la hostelería y decidieron embarcarse en 2014 en un proyecto que vieron “como una oportunidad”, poner de nuevo en marcha un restaurante que había cerrado unos meses antes en Tauste. Los primeros años el negocio marchó bien y pudieron cumplir con las mensualidades del arriendo del local. Sin embargo, la situación se torció y en 2019 acabaron por ser desahuciados. Este viernes Juan J. L. y Óscar. E. L. comparecieron ante el Juzgado de lo Penal número 5 de Zaragoza acusados de un delito de apropiación indebida por el que se enfrentan a penas de hasta 15 meses de prisión y a una posible indemnización de 47.000 euros. También lo hizo el responsable de la empresa con la que habían contratado el desalojo del establecimiento hostelero y que además les compró alguno de los enseres, José Manuel M. N. Tras escucharle, la Fiscalía optó por retirarle los cargos, algo que en cambio no hizo la acusación particular.

En el juicio, la propiedad del local afirmó que en su salida, contradiciendo, según su parecer, lo estipulado en el contrato de alquiler, los acusados se llevaron prácticamente todos los muebles, objetos y maquinaria que se habían encontrado en el restaurante cinco años antes cuando comenzaron a gestionarlo y que por tanto no les pertenecían. Además, destacó que dejaron notables desperfectos. Ellos, en cambio, argumentaron que todo era suyo puesto que lo habían tenido que adquirir al encontrarse en el lugar “todo destrozado”.

Las versiones entre una parte y la otra fueron opuestas en prácticamente todos los aspectos. Los que habían sido los inquilinos expusieron que en el momento en el que se rubricó el contrato se estableció una carencia de tres meses hasta que realizaron la inauguración en octubre de 2014. En ese tiempo Juan J. L. y Óscar E. L. aseguraron que aprovecharon para reformar por completo el restaurante cambiando la instalación eléctrica, el aire acondicionado, el techo y las baldosas de la cocina, entre otros. También tuvieron que reponer sillas, mesas y menaje, y reparar o adquirir maquinaria.

Los dueños, en cambio, negaron que hubiese una carencia y hablaron de que lo que se había pactado era una rebaja en las primeras mensualidades. Afirmaron que el local estaba perfectamente amueblado y preparado. De hecho, indicaron que esto era así porque el anterior inquilino, al no poder pagar los tres últimos meses, había dejado a cambio todo el equipamiento, desde la cocina hasta el aire acondicionado, las mesas, las sillas y la vajilla.

Los testigos de la acusación hablaron de que desde que el establecimiento abrió sus puertas en 2001 con otra propiedad hasta el desahucio de los acusados, prácticamente no había habido cambios en el local. Los aportados por las defensas, por el contrario,  aseguraron que eran quienes habían intervenido en las reformas.

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