El personal de Bodegas Aragonesas lleva desde 1984 trabajando para elaborar vinos de calidad. Este proceso de creación empieza en sus 3.800 hectáreas de viñedo, donde los viticultores realizan su labor con sumo cuidado. La empresa aragonesa, situada en Fuendejalón, bebe de una tradición que se inició en el año 1145 y que tiene como especialidad la garnacha. De hecho, Bodegas Aragonesas ha formado parte en la promoción de los vinos elaborados con esta variedad: “Desde hace más de 30 años hemos participado de forma activa en el posicionamiento y demanda actual de los vinos elaborados con esta variedad”.

Sin embargo, en Bodegas Aragonesas no crean exclusivamente con garnacha. Las variedades foráneas, como chardonnay y syrah se comportan magníficamente en el territorio. Estas junto con otras variedades, como el tempranillo, cabernet sauvignon o moscatel les permite elaborar vinos tan reconocidos, como Coto de Hayas Roble o Chardonnay y la gama de monovarietales Solo.

Entre las referencias de vinos 100% garnacha destacan nombres como Fagus, Garnacha Centenaria o Aragonia Selección Especial. Además, en Bodegas Aragonesas elaboran otros más modernos y para otro tipo de público como Azzulo e, incluso, solidarios como Ecce Homo Garnacha y Viñas Viejas, unos vinos elegantes, equilibrados y armoniosos.

Cuidado en el campo

Para la elaboración de un buen vino, desde Bodegas Aragonesas destacan lo importante que es el trabajo en el campo, el cuidado y el mantenimiento del viñedo. “A partir de ahí, el vino se trabaja con esmero en la bodega”, explican desde la empresa. Cada producto, con sus particularidades, se trata con mucho cuidado y pasión. Y este amor por el detalle les ha valido numerosos reconocimientos, como el que han recibido este último año, el Premio a la Excelencia ENOMAQ 2017, que premia la innovación, y el desarrollo de productos prácticos y originales, adaptado a las necesidades del sector vitivinícola.

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