HERALDO ABIERTO

Un deseo llamado tranvía

A escasos meses para que entre en funcionamiento el nuevo tranvía, la capital aragonesa sigue sin tener un museo donde ubicar sus piezas históricas.

El número 57 se encuentra en La Coruña.
Un deseo llamado tranvía
AZAFT

En Aragón existe una colección de tranvías históricos única en el mundo. Esto no es nada nuevo, como tampoco que, a día de hoy, el Museo del Ferrocarril que debería albergar estas piezas siga sin tener un proyecto definitivo de construcción y ubicación.


Carlos Abadías, de la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y Tranvías (Azaft) afirma que "es una lástima que esta ciudad sea tan madrastra con su patrimonio industrial", aludiendo a los tranvías históricos que existen en Zaragoza y fuera de Aragón. "Actualmente, estamos más preocupados por la conservación de estos trenes que de la ubicación futura", cuenta.


La mayoría de estos tranvías pertenecen a una colección privada que se encuentra en Aragón, y que podría formar parte del grueso de una exposición permanente en el citado museo. Sin embargo, otras piezas han sufrido el abandono y han acabado desguazadas o fuera de nuestra Comunidad.


De hecho, podemos encontrar tranvías zaragozanos en otras regiones, y todavía en funcionamiento, como en el Museo del Ferrocarril de Azpeitia, en Guipúzcoa, que hace un pequeño recorrido para los visitantes. En La Coruña, también hay una pieza zaragozana, el número 57, aunque actualmente no está en funcionamiento "porque su sistema de frenado es eléctrico en lugar de aire comprimido, lo que impide su puesta en circulación", apunta Juan Antonio Peña, miembro también de Azaft.


Otros tranvías ya no están en uso pero se han restaurado, como el que se encuentra en las cocheras de Tuzsa. Algunos se han abandonado totalmente, como el que hay en la Universidad Laboral.


Vía muerta

Tras 35 años de ausencia, los tranvías volverán a circular por Zaragoza en 2011 sin que exista ese anhelado museo que dé testimonio de su historia centenaria. El último viaje de uno de aquellos tranvías históricos por las calles de Zaragoza tuvo lugar la madrugada del 23 de enero de 1976. Hasta esta fecha, existieron varias líneas de tranvías y trolebuses que conectaban diferentes puntos de la ciudad.


Volver a poner en marcha aquellos viejos tranvías no es solo una dificultad mecánica, sino técnica, ya que el ancho de vía colocado para el nuevo tranvía no permite que circulen por la misma vía. De hecho, también está en estudio, en el futuro Museo del Ferrocarril, la implantación de un pequeño recorrido turístico por el Arrabal, con un ancho que permitiría disfrutar de nuevo de estas joyas históricas.