Semáforos verdes y tarjetas rojas

En pro de la seguridad y de una cívica convivencia, las mismas jóvenes que reparten los folletos _del ?Para, mira, pasa? advierten a los atónitos peatones y ciclistas si están cometiendo alguna imprudencia.

El punto crítico en el que el tranvía invade el andador central de Gran Vía, fotografiado ayer.
Semáforos verdes y tarjetas rojas
OLIVER DUCH

«Ya llevo dos avisos, al siguiente, igual me devuelven a corrales», bromeaba ayer Andrés, un jubilado que acostumbra a 'controlar' diariamente las obras del tranvía, después de ser advertido por una joven que repartía folletos con el lema 'Para, mira, pasa'. Andrés trataba de cruzar de acera, pero esperaba a que el semáforo cambiara a verde sobre la plataforma tranviaria, lo que prácticamente constituye un pecado mortal según los mandamientos del tríptico 'Convivir con el tranvía es fácil'.

Más de 100.000 de estos folletos explicativos se están repartiendo a lo largo del eje de Gran Vía y Fernando el Católico, donde conductores, peatones y ciclistas aún recelan por tener que compartir su espacio vital con el flamante Urbos 3. Ayer, además, los convoyes volvieron a circular en pruebas por todo el recorrido, incluida la curva a la altura de la calle de Royo donde el tranvía da la vuelta, que es uno de los puntos donde más precavido se ha de ser. «En otras ciudades, como en algunos párquines o zonas peatonales, hay pivotes que suben y bajan cuando va a cruzar el tranvía. Aquí habrá que estar atentos a la campanita que suena», decía ayer una mujer con el panfleto en la mano, contando cuántas veces se lee en él que «el tranvía siempre tiene prioridad». Hasta tres veces lo recuerda el tríptico (cuyos protagonistas animados, por cierto, parecen tullidos), que aclara que el tranvía cuenta con un sistema de frenado de emergencia que le permite detenerse en pocos metros.

«Además de repartir los folletos, advertimos a quienes vemos cometiendo alguna infracción», comenta una de las tres jóvenes que recorren el trazado tranviario calle arriba calle abajo. «Algunos, al afearles la conducta, reaccionan mal, pero intentamos hacerles ver que es por su propia seguridad», continúa, explicando que las situaciones más críticas se producen cuando los ciclistas utilizan la plataforma como si fuera un carril bici o cuando algunos coches, por ejemplo cruzando Goya, se quedan atorados en mitad de las vías. Estas mismas jóvenes forman parte del equipo encargado de realizar charlas informativas para escolares, que han llegado ya a 21 colegios (hay otras 8 solicitudes pendientes) y 2.945 alumnos. En estas sesiones explican que el tranvía es seguro y sostenible, que los peatones han de esperar en los refugios y familiarizan a los chavales con la señal de prohibido girar a la izquierda, que continúa dando disgustos a decenas de conductores. Ayer a primera hora, en tacadas de cinco en cinco vehículos infractores, la Policía volvía a poner multas en la esquina de Bretón. En este caso no había avisos ni pañuelos verdes en el palco, únicamente decenas de 'recetas' de color rosado.