El Monasterio de Piedra, vergel insólito

Un paisaje exótico que tiñe de verde ambientes y rincones, sintiendo el rumor de tumultuosas aguas y cascadas. La Piedra, inamovible, se torna magnífica, segura y acogedora en el reposo del visitante.

El Monasterio de Piedra
El Monasterio de Piedra, un vergel insólito
I.F./ÁBACO DIGITAL

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esferica aérea del Monasterio de Piedra


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Escondido entre las abruptas sierras del Sistema Ibérico, situado en el término municipal de Nuévalos, en la provincia de Zaragoza, el Parque Natural del Monasterio de Piedra ofrece una experiencia insólita en su recorrido de dos horas y media por un parque de ensueño donde el agua marca el camino.


El Monasterio, fundado en 1194 por trece monjes cistercienses venidos de Poblet, esconde tras sus muros toda una historia de reyes, órdenes y diniastías. Declarado Monumento Nacional en 1983, conserva todas las características propias del Gótico Cisterciense, basado en una arquitectura sobria, austera, sencilla y luminosa. El Claustro, la Sala capitular, el altar barroco, la cocina y la iglesia aúnan diferentes estilos arquitectónicos para dejar boquiabiertos a los aficionados al arte.


Los más áctivos podrán disfrutar de un entorno único visitando el Parque Natural y realizando actividades lúdicas como senderismo, rutas en carruaje, o natación en época estival.


Un Parque de ensueño


El Parque Natural del Monasterio de Piedra acoge densos bosques de ribera, uno de los ecosistemas de mayor riqueza biológica, donde se encuentran muchas especies de animales y gran variedad de árboles gigantescos.


La corriente del río Piedra, que ha modelado la roca formando lagos, grutas y cascadas, permitirá al visitante descubrir hermosos parajes como El Lago del Espejo o la impresionante cascada de la Cola de Caballo que cobija una espectacular gruta natural.


Escapada Gastronómica


El Monasterio de Piedra no es solo naturaleza e historia, es también buena gastronomía. La comida tradicional aragonesa se fusiona con las nuevas tendencias para ofrecer al visitante una escapada gastronómica por los mejores restaurantes de la zona.


En el restaurante 'Reyes de Aragón', el turista podrá disfrutar de una variada selección regional en el establecimiento que antaño constituía el antiguo dormitorio monacal. Entre sus especialidades destacan el Ternasco de Aragón al Estilo Císter, el Rodaballo a la plancha con arroz cremoso y setas aliñadas con aceite del Bajo Aragón y el Pastel Prior.


Junto al restaurante, una acogedora terraza al aire libre, 'Los Castaños', ofrece una zona de tapeo sombreada por estos frondosos árboles.


El restaurante 'Piedra Vieja' cuenta también con su propia terraza en la que se sirven, además de platos combinados, bocadillos y otros preparados.


Para descansar, el Hotel Monasterio ofrece la mejor opción. Las habitaciones ocupan antiguas celdas de los monjes cistercienses totalmente remodeladas con excelentes vistas al parque natural o al patio del claustro. Y para dar la bienvenida a sus huéspedes, una copita de vino denominación de origen a la entrada.


Por último, aquellos que disfrutan de las especialidades más dulces pueden pasarse por el Museo del Chocolate, donde hace más de 500 años, un abad del Monasterio recibió la receta para elaborarlo. Los secretos fueron pasando de mano en mano hasta convertirse en una delicia de la que ahora el visitante puede disfrutar todos los días.