TRANSPORTE URBANO

"La línea 36 carece de rampas para personas con movilidad reducida"

Fuentes municipales, por su parte, aseguran que esta línea ?sí cuenta con algunos vehículos con plataforma?.

Miguel Parrilla, vecino de Valdefierro
?La línea 36 de bus urbano carece de rampas para personas con movilidad reducida?
T. M.

Eduardo Picazo, Miguel Parrilla y Plácido Fatás, vecinos de Valdefierro, se sienten “presos” en un barrio en el que residen “de toda la vida”. Los tres tienen movilidad reducida y para desplazarse necesitan una silla de ruedas, situación que para ellos no se convierte en un obstáculo diario, si no pretenden salir de su distrito. En el caso de querer hacerlo sus posibilidades se reducen a la mitad de la del resto de vecinos de Valdefierro porque, aseguran, que de las dos líneas que llegan hasta el barrio, la 36 carece de rampas para poder acceder al vehículo.


Se trata de un autobús que sale del citado barrio, pasa por las Delicias, continúa por Echegaray y Caballero para concluir su ruta en El Picarral. “Es totalmente injusto tener que estar obligado a coger un taxi para ir, por ejemplo, al Pilar o la plaza de España. ¿Es que no tenemos el mismo derecho que los demás a utilizar este servicio de transporte?”, se pregunta Eduardo Picazo, miembro de la Asociación de Vecinos Las Estrellas. Es una reivindicación que tanto desde esta agrupación vecinal, como a modo particular, “hemos hecho en varias ocasiones, tanto a Tuzsa como al Ayuntamiento. Pero todo sigue igual. El problema es que los coches más viejos van a parar siempre a la misma línea, a la 36”, insiste Picazo.


Miguel Parrilla, por su parte, va más allá. Este antiguo conductor de Tuzsa asegura que a la carencia de rampas de este bus se suman las que se averían en la línea 24, la otra ruta que parte de Valdefierro. “La falta de mantenimiento es el gran problema. Lo que no debería ser normal es que cuando se estropean estas plataformas el tiempo mínimo en arreglarlas no sea inferior a 15 días. En ocasiones he contabilizado hasta un mes de tiempo. Si solo contamos con algunos autobuses con rampa y encima tardan en solventar las averías, la situación se nos complica todavía más”, apunta Parrilla.


A estos inconvenientes hay que sumar que, cuando consiguen subir en un autobús, “en ocasiones he visto cómo pasaban ante mí ocho buses con la plataforma estropeada o sin ella” –apunta Eduardo Picazo-, no saben si cuando regresen de su destino van a poder apearse del vehículo. “Hace tan solo un mes y medio, volviendo a mi casa, no pude bajar por la rampa porque no salía. El conductor, a pesar de que no están en la obligación de hacerlo, me ayudó a salir por la puerta delantera, pero sufrí un percance al llegar a la acera. Se me reventaron las baterías de la silla de ruedas e hice el correspondiente parte de incidencias para enviarlo a Tuzsa. La compañía de seguros todavía no me ha ingresado el importe que solicité para el arreglo y llevo desde entonces con una silla de ruedas que tiene más de 11 años”, cuenta, indignado, Miguel Parrilla.


No pretendemos ser ciudadanos radicales ni queremos un transporte especial. Aceptamos que ocurran pequeñas incidencias de uso y tampoco exigimos que todos los autobuses tengan rampa. Simplemente queremos tener la posibilidad de acceder a este servicio como el resto de la población”, dice Eduardo Picazo. “No es justo, pero siempre pagamos el pato los usuarios con menos posibilidades”, apunta Plácido Fatás.


Por su parte, fuentes municipales argumentan que, “desde Tuzsa indican que solo algunos de los buses de la línea 36 tienen rampa”. “Sin embargo, Valdefierro dispone otra línea de bus urbano, la 24, en la que están asignados los mejores buses de la flota - Mercedes Citaro de última generación-, y todos ellos tienen plataforma”, concluyen las mismas fuentes.