JUEGO EN ZARAGOZA

Las timbas de póquer en los bares sobreviven al control policial

Tras una primera oleada de inspecciones que clausuraron una docena de torneos, los aficionados a este juego cuentan todavía con opciones en Zaragoza. El Casino podría instalar una sala específica en la ciudad.

Varios jugadores durante un torneo en un bar zaragozano.
Las inspecciones de la Policía acaban con los campeonatos ilegales de póquer en los bares
CARLOS MONCíN

Los aficionados al póquer en Zaragoza se resisten a abandonar su práctica en los bares de la ciudad. Con el ‘boom’ que ha supuesto este juego en los últimos años, el número de jugadores se multiplica día a día. Por ello, los establecimientos de hostelería de la comunidad vieron clara la oportunidad. «El ambiente era muy bueno, de aquellas timbas salieron muchos amigos», señalan desde el céntrico Bull McCabes, donde dejaron de organizar campeonatos hace tres meses.


El motivo es que este tipo de timbas son ilegales en Aragón. Incluso con la nueva Ley del Juego aprobada el jueves en las Cortes. En la actualidad, solo el Casino tiene permiso para organizar este tipo de eventos, aunque no haya dinero en juego.

Por ello, una oleada de inspecciones por parte de la DGA obligó a acabar con esta práctica en una docena de locales, muchos de ellos desconocedores de la regulación vigente. En aquella ocasión no se impusieron sanciones, sino que se limitó a notificar que «es necesario pedir una autorización» para organizar timbas, «aunque no se apueste dinero», según explicaron fuentes del departamento de Interior.


Pero lo cierto es que, tras aquellos controles, que se pusieron en marcha por una denuncia del sector, los torneos han vuelto con fuerza. Muchos de ellos, ni siquiera han interrumpido su actividad. Los vecinos del Actur, Universidad y La Almozara cuentan en sus barrios con varios locales que se niegan a cumplir la prohibición.


«Vienen, juegan y se divierten», señala P.J., uno de los propietarios, que prefiere mantener el anonimato. «¿Qué mal hacemos?», apunta. A su juicio, la ley es «injusta» con aquellos torneos en los que no se juega dinero.

Sin embargo, la mayoría de ellos sí que precisan de una inscripción, que oscila entre los 5 y los 20 euros. Los premios se reparten entre los jugadores, normalmente los tres primeros clasificados, y el bar suele quedarse un porcentaje de lo recaudado.

A la espera del Casino

La nueva Ley del Juego de Aragón, aprobada esta semana, ha intentado recoger esta realidad en su texto. La solución que propone es abrir al Casino de Zaragoza la posibilidad de explotar una sala adicional, que no debe estar necesariamente en el mismo recinto del Casino, aunque sí en el mismo término municipal.


De esta manera, se podrían normalizar las timbas para aficionados en un lugar legal y controlado dentro de la ciudad.