MEDIO AMBIENTE

Las algas 'invaden' el Ebro en Zaragoza

ANSAR-VoluntaRíos advierte de la proliferación de estas plantas acuáticas debido al escaso caudal, el calor y, sobre todo, porque este invierno no ha habido riadas que limpien el cauce. Las algas favorecen la reproducción de la mosca negra.

Algas en el Ebro, desde el puente de Piedra
Las algas 'invaden' el Ebro en Zaragoza
P. F.

El río Ebro a su paso por Zaragoza tiene este verano muchas más algas que otros años. Estas plantas acuáticas son habituales en época estival, pero ANSAR-VoluntaRíos advierte de la proliferación masiva de este verano. La falta de riadas esta primavera es la principal causa de la gran cantidad de algas en Zaragoza, según señala esta asociación naturalista.


«Este invierno y esta primavera no ha habido riadas que limpien el río. El caudal máximo ha sido de unos 1.000 metros cúbicos por segundo, mientras que otros años se llega a los 1.800 o supera los 2.000 metros cúbicos. El río necesita estas riadas para que limpien el cauce, arranquen algas y arrastren sedimentos. Es lo natural. Pero la gran regulación a la que están sometidos el Ebro y sus afluentes, unido a un año con poca nieve, provocan que no haya habido riadas y no se haya saneado el río», explica Ismael Sanz, naturalista y miembro de ANSAR-VoluntarRíos.


Las algas son visibles especialmente entre los puentes de Piedra y de Santiago, en mitad del cauce y cerca de la margen izquierda. En la zona del barrio Jesús también han crecido mucho, así como en la margen derecha cerca del Náutico.


Las algas son plantas acuáticas que crecen en ríos con poco caudal, especialmente con agua retenida y de temperatura elevada. «El Ebro tiene estos días en Zaragoza un caudal de unos 30 metros cúbicos por segundo, cifra considerada como caudal mínimo ecológico. Y la temperatura del agua es de unos 24 o 25 grados», señala Ismael Sanz. Estas algas pueden medir varios metros de longitud y tiene entre 5 y 10 centímetros de raíz bajo tierra.


El azud también influye en la mayor presencia de algas, según ANSAR-VoluntaRíos. «Los estancamientos de agua por el azud o cualquier tipo de infraestructura hidráulica favorecen la proliferación de algas, la retención de sedimentos y el aumento de la temperatura del agua, con su pérdida de oxigenación, afectando a la cadena trófica del río», asegura Ismael Sanz.

Favorecen la expansión de la mosca negra

«La proliferación de las algas no es un problema de suciedad ni de calidad de las aguas, pero afecta al ecosistema del río. Estas plantas tienen una relación directa con la plaga de mosca negra de este verano, ya que las larvas crían en estas algas», subraya este representante de ANSAR-VoluntaRíos.


Javier Lucientes, profesor de Patología Animal de la Universidad de Zaragoza, también señaló hace unos días en HERALDO la relación entre las algas y la mosca negra. «Los cambios que ha sufrido el Ebro debido a factores como la depuración o el mejillón cebra han hecho que el río se llene de plantas acuáticas, que, a su vez, han favorecido la expansión y la reproducción de la mosca negra», afirmó.


Técnico municipales comenzaron la semana pasada el tratamiento contra la mosca negra en Zaragoza, que consiste en verter al río un bacilo que, al ser ingerido, provoca la muerte de las larvas. «La presencia de las algas no tiene una solución fácil, más allá de esperar a la siguiente riada», apunta Ismael Sanz.