La calidad de los menús escolares de Zaragoza, según un estudio realizado por Eroski Consumer, es "aceptable", igual que la media nacional, pero ha bajado desde la calificación de "buena" que obtuvieron en un informe similar elaborado en 2008.

Se han analizado los menús de doce centros de Zaragoza (diez públicos y dos concertados), que remitieron para su estudio dos menús semanales, se indica en el informe.

Cinco de los doce centros analizados han logrado un "bien", otros cinco aprueban con un ajustado "aceptable" y dos merecen un "mal".

Las penalizaciones se refieren a aspectos básicos como la falta de pescado fresco al menos una vez por semana (en cuatro de los doce colegios), al exceso de productos precocinados (en dos casos), y a la falta de verduras (en un centro).

Casi la mitad de los colegios no incluyen ensalada al menos dos veces por semana en cualquiera de sus formas: como entrante, como primer plato o como guarnición, y esta es una deficiencia común que también se detectó en los menús estudiados en 2008.

Por otro lado, todos los centros analizados se preocupan por atender las necesidades especiales de los alumnos y, así los doce colegios adecúan sus menús a los niños con colesterol, alergias, diabetes u obesidad y a los celíacos, pero también a quienes ven restringidas sus comidas por razones religiosas (como los musulmanes) o culturales (como los vegetarianos).

Además, se informa mensual o trimestralmente a los padres sobre la alimentación que reciben sus hijos en el comedor.

En cuanto al precio medio, éste se sitúa en 5,6 euros por día, que supera la media nacional en 50 céntimos. En 2008 el precio era de 5,8 euros, con una disminución del 20%.

Once de los doce centros analizaos ofrecen descuentos y subvenciones a las familias.

Para analizar los menús se tuvieron muy en cuenta las recomendaciones realizadas por el Ministerio de Sanidad en la "Guía de los comedores escolares", que establecen que estos menús deben de incluir un mínimo de una vez por semana verdura, legumbre y pescado fresco o congelado no precocinado; no repetir más de dos veces en una semana los precocinados o los dulces y ofrecer fruta fresca por lo menos dos veces a la semana.