CONFERENCIA DE DIRECTIVOS

Emilio Duró: «En la vida se fracasa por golpes emocionales, no racionales»

El entrenador empresarial y conferenciante ha hablado sobre 'La gestión de la ilusión y el coeficiente de optimismo en tiempos de cambio' en Zaragoza invitado por la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón.

Emilio Duró
Emilio Duró: «En la vida se fracasa por golpes emocionales, no racionales»
AEDA

El factor fundamental del éxito en la vida es el «coeficiente de optimismo», según ha afirmado el entrenador empresarial y conferenciante Emilio Duró, para quien en la vida se fracasa «por golpes emocionales, no racionales» y hay que cambiar la actitud de la gente, su forma de ver la vida.


«Existen las fórmulas para poder cambiar la vida, lo que no en un minuto», y pasan por cuidar el cuerpo y el intelecto, encontrar el equilibrio emocional y luchar contra la genética.


Así lo ha subrayado en una rueda de prensa en Zaragoza antes de pronunciar ante 800 personas la conferencia 'La gestión de la ilusión y el coeficiente de optimismo en tiempos de cambio', invitado por la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón, ADEA.


Para Duró, se ha construido un mundo puramente racional que hay que cambiar, porque «las cosas más maravillosas de la vida no se pueden demostrar», y hay que cuidar los aspectos emocionales porque «en la vida se fracasa por golpes emocionales, no racionales».


Duró, quien asegura que lleva años estudiando por qué hay personas a las que la vida les va bien hagan lo que hagan y a otras no, considera que el éxito en la vida personal y profesional tiene un componente puramente de razón y otro sustentado en la forma de afrontar las situaciones, los retos.


Así, ha comentado que quien acostumbra a tener una buena forma física y tiene una familia que le quiere suele tener una forma de ver la vida, ante el trabajo, más positiva que aquellos que fracasan en más de un campo.


«Nunca hemos vivido mejor que ahora» pero estamos acostumbrados, ha dicho, a echar la culpa a los demás de lo que nos sucede, a la sociedad, al mundo, al universo, y lo que hay que hacer es «coger el control» de la vida.


Duró asegura que no es ningún «gurú», que cree en el destino y que el «universo conspira para que la vida te funcione», pero que no es positivo, que llora y tiene momentos de tristeza y es «tan desgraciado como todo el mundo».


«Hay días que me como la vida y hay días que la vida me come a mí», pero se puede programar la vida y lo que hay que hacer es intentar cambiar por las mañanas cómo se afronta.


«El 97 por ciento de la gente se levanta por la mañana sin un sentido de vida» y trabaja para el 3 por ciento que sí sabe por qué vive.


Lo que hay que cambiar, ha insistido, es la «coraza» que las personas ponen en su día a día y, en ese sentido, ha puesto como ejemplo la forma en la que un niño afronta un viaje a la nieve (no duerme esa noche pensando en cómo bajará por las pistas) y la pareja, que piensa en que lloverá y en que el apartamento estará sucio.


No obstante, ha reconocido que el cambio es difícil porque también influye la genética, que «no quiere que seas feliz, quiere que sobrevivas» y para eso hay que acordarse de lo malo, no de lo bueno.


«Hay que luchar contra la genética, pero se puede hacer», ha manifestado Duró, quien considera que si uno es consciente de que al final morirá «se pierde el miedo a todo».