DANZA

Dos niños prodigio de la jota aragonesa

Humildes, trabajadores, naturales y con el desparpajo suficiente para meterse al público en el bolsillo al subirse a un escenario. Así son Irene Alcoceba y Anchel Pablo Sancho, ganadores del Certamen Oficial de Jota en categoría juvenil.

Irene Alcoceba y Anchel Pablo Sancho, tras cantar en el Certamen Oficial de Jota.
Dos niños prodigio de la jota aragonesa
ESTHER CASAS

Se llaman Irene Alcoceba y Anchel Pablo Sancho, son amigos pese a la distancia (ella vive en Alcolea de Cinca, Huesca, y él en Épila, Zaragoza), y el mundo de la jota anda estos días alborotado por su actuación en el pasado certamen. Fue una de las ediciones más competidas y de mayor calidad que se recuerdan, con cantadores colosales, como Raquel Simón o David Aparicio; o como Olga Navarro e Iván Sampietro, que ganaron en categoría infantil. Pero después de cantar Irene y Anchel el asombro se dibujó en todos los rostros. Ganaron el primer premio juvenil y el público les aplaudió a rabiar. Aunque hay más 'niños prodigio' de la jota, entre estos dos existen muchos puntos en común.

"No sé cuándo va a dejar de sorprenderme mi hija, no lo sé", asegura Daniel Alcoceba, el padre de Irene. Y parecida impresión tiene Fernando de su hijo, Anchel Pablo: "Lo vive todo con tanta pasión, que lo único que podemos hacer es acompañarle, ayudarle".

A todos los que vaticinan la muerte de la jota, o los que les gusta desdorarla diciendo que es cosa vieja, cerrada y muerta, tienen en esta pareja a dos chavales de doce años que juegan con consolas, chatean por internet y charlan con sus amigos. Dos chavales que sacan buenas notas y que tocan además instrumentos no habituales o extraños en las rondallas: violín (ella) y saxofón (él). Dos chavales que ya han hecho sus incursiones en el mundo del cine y la televisión. Y que, pese a ello y por encima de todo, aman la jota desde lo más profundo de su corazón. Dos figuras.

"No gastar esa garganta"

En las vitrinas de Irene Alcoceba no hay terceros premios. Empezó a estudiar muy pronto, a los cuatro años, y pocos meses después participó en su primer concurso: hoy tiene 32 primeros premios y 9 segundos. Con cinco años, cantando una jota en un concurso se 'cortó' y la descalificaron. Fue la única vez que le ha ocurrido algo así.

Su profesora de toda la vida, María Grúas, del grupo folclórico Elenco Aragonés, sabe que es oro puro: "Irene lo tiene todo. Transmite como nadie, enseguida se echa el público al bolsillo. Y técnicamente es muy buena. Ella ha sido su mejor profesora: lo analiza todo, lo asimila rápido. Y no se le ha subido el éxito a la cabeza. Lo primero que hizo cuando se anunció su nombre como ganadora del certamen fue felicitar a los compañeros de Fraga y Alcolea". Irene colabora habitualmente con el grupo Aires Monegrinos, y este verano ha participado en un centenar de galas. Pueden parecer excesivas a tan corta edad, pero su profesora la vigila de cerca. "Lo único que me preocupa es no gastar esa garganta", subraya.

La muchacha se sale de los cánones de lo que se considera un 'niño jotero'. Hay quien dice que puede ser la Marisol del siglo XXI: le gusta la copla y la música pop, sueña con cantar a dúo con Marc Anthony. Por todo ello, y como en los programas de televisión en que ha participado se desenvuelve como pez en el agua, hay quien piensa que no durará mucho en la jota.

"La vida da muchas vueltas y no se puede decir que no a nada -asegura su padre-. Pero no creo que deje la jota. Es que cuando la canta es muy feliz. Acaba de ganar el certamen y creo que se ha llevado la mayor alegría de su vida".

"Ha nacido para el escenario"

Anchel descubrió la jota por casualidad. Oía cantarla cuando pasaba por el lugar donde daba clases Sonia Platero en Épila y quiso probar. Le gustó, vio que se le daba bien y... acabó descubriendo a toda su familia un mundo nuevo. Su profesora lo define con una sola palabra, "fenómeno". "Tiene ansia por aprender y ha nacido para el escenario", resume. Su padre también está sorprendido. "En la familia no tenemos ningún antecedente jotero, así que vemos todo esto sin ningún tipo de prejuicios. Él también; tiene una perspectiva muy ecléctica de la jota. Pero es un auténtico apasionado, le gusta perfeccionarse, le gusta trabajar. Yo siempre me he preguntado hasta cuándo le iba a durar la afición. Y no lo sé. Desde hace seis años va dos veces a la semana a recibir su clase. Al entrar se le ve feliz, y al salir mucho más".

El muchacho posee también una humildad sincera. Si se le habla de lo bien que canta y de sus numerosos premios, enseguida matiza: "Ojo, que yo también fallo, ¿eh? No soy perfecto. Yo también fallo". Y no entiende de rivalidades ni envidias. "Cuando un amigo gana... es una alegría tremenda".

Anchel ha hecho sus pinitos en el cine y la televisión, y por eso también surgen dudas sobre si seguirá en la jota o se acabará orientando hacia el mundo audiovisual, mejor retribuido, más goloso. Pero cuando ha estado en la tele y le ha tocado presentarse a sí mismo, no ha empleado palabras como 'estudiante', 'artista' o 'cantante'. Ha dicho: "Soy Anchel Pablo Sancho. Jotero". "Es lo que soy y lo que me considero -asegura-. a mí me gusta la jota y disfruto mucho cantándola".

A diferencia de Irene, en su caso hay una amenaza aguardándole a la vuelta de la esquina: el cambio de voz de la adolescencia, un trance que ha acabado con muchos niños prodigio de la jota. "Él sabe lo que le va a pasar, es muy consciente de ello -relata su padre-. A mí no me preocupa tanto el cambio físico como el mental. En la adolescencia se reciben muchos estímulos, y a lo mejor el parón le lleva por otro camino". El chaval, sin embargo, lo tiene claro. "Sí, ya me han advertido de que con el cambio tendré que cuidarme mucho. Bueno, cuando me llegue pararé de cantar... Pero seguiré estudiando y formándome como jotero".


EN VÍDEO:

Anchel Pablo Sancho cantando este mismo año en el Certamen Oficial en categoría de adulto

Anuncio promocional que Irene Alcoceba grabó para 'El programa de Berto' en la Sexta