EL ESTADO DE LA CIUDAD

Belloch dice que la economía está "bajo control"

Los problemas de liquidez y la deuda dejan en segundo plano el anuncio del cierre de la orla Este. Los grupos, que no dan un no rotundo, se posicionarán hoy sobre el proyecto de recalificación en Las Fuentes.

Dolores Serrat, junto a Juan Alberto Belloch
Belloch dice que la economía está "bajo control"
CARLOS MONCíN

Lo intentó, pero se quedó a medias. El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, se presentó en el último debate sobre el estado de la ciudad de su mandato con la consigna clara: debía sacar sus dotes de ilusionista frente a una ciudad atenazada por la crisis. Pero su apasionada defensa de la colonización residencial de la huerta de Las Fuentes y del 'eventismo' como solución a los problemas no coló del todo. La oposición no picó y derivó el debate hacia donde quería: la precaria situación económica municipal y sus perversos efectos en la vida cotidiana.

Ilusión frente a realidad. Esa fue la dicotomía de un debate en el que nadie convenció a nadie. Una ciudad que "ha sabido resisir los zarpazos de la crisis", como dijo Belloch, frente a otra que "está en ruina", atenazada por la desorbitada deuda y los problemas de liquidez y pago a los proveedores, como sentenció la portavoz popular, Dolores Serrat. Una ciudad "en color y en tres dimensiones" frente a otra "en blanco y negro", como ironizó el aragonesista Manuel Blasco. Y como telón de fondo, un ambiente preelectoral que, aunque se notó en el contenido, no crispó en exceso un debate que nadie pudo (o supo) ganar. El alcalde no perdió, porque el formato le favorece y la oposición estuvo floja en las réplicas. Pero tampoco ganó, porque su conejo en la chistera (la orla este) no asomó las orejas y se habló de lo que quería la oposición: de economía.

Belloch se ajustó al guion. Optó por un discurso lineal y sin atisbo de autocrítica, que leyó íntegramente. Fue un relato tan exhaustivo como plúmbleo de lo que él considera sus logros de gestión: política social, empleo, vivienda, movilidad, medioambiente, deporte... Removió una sopa de cifras y datos para demostrar que en Zaragoza, pese a la crisis, se han hecho cosas, y que la economía local no está tan mal. Optó por el perfil bajo, que es el tono que favorece al gobierno, y solo sorprendió con su alegato por la venta de suelo público "como necesidad objetiva" hasta que haya una ley de financiación local.

Anticipándose al debate que quería la oposición, hizo un relato exculpatorio de la grave situación económica municipal, que achacó a agentes externos (la coyuntura general, las medidas de Zapatero...) y que en cualquier caso dijo tener "bajo control".

Buscó la comparativa para dibujar una situación casi idílica de las arcas municipales. Y pasó a la fase de las promesas. En un tono electoral, planteó seis retos para la próxima corporación, pero se centró en los dos últimos: cerrar la ciudad por el este con viviendas en la huerta de Las Fuentes y la política de grandes eventos, sobre todo Expo Paisajes 2014, que a su juicio solo es rechazada por la oposición "por motivos electorales". Como detalle, respecto a la orla este ningún grupo dio un no rotundo y optaron por retratarse hoy, cuando se debatirá una propuesta de resolución del PSOE en la segunda sesión del debate. El alcalde cerró con un reclamo al consenso con la oposición pese a la cercanía electoral y un alegato triunfalista: "Es un momento crítico en el que el riesgo máximo es detenerse".

Por la tarde, reabrió la sesión la líder de la oposición, Dolores Serrat, que se jugaba sus opciones como candidata del PP. Con un discurso bien trabajado y sin contemplaciones, la concejal popular marcó el inicio del debate vespertino. Recordó los anuncios solemnes que ha hecho el alcalde en anteriores debates, que quedaron en agua de borrajas, y describió el plan de la orla Este como "una maniobra de distracción" frente a una crisis que "tiene cara y ojos". "Su impronta es la de la quiebra, los impagos y la desilusión", dijo. Con una descripción somera de la situación económica, deshizo el relato del alcalde. "¿De verdad lo tiene todo bajo control?", inquirió.

Tomó el relevo Juan Martín (CHA), que fue de más a menos. Hizo un análisis de una legislatura "con más sombras que luces", y destacó los "problemas cotidianos" que genera la situación de las arcas municipales, como la falta de gas en instalaciones deportivas o la carencia de suministro de gasolina. Además, se cebó en el "ninguneo" que sufre Zaragoza en Madrid y en el Pignatelli. José Manuel Alonso (IU), dijo en situaciones de crisis "se deben fijar las prioridades". Para él, estas deben ser "la acción social, los servicios públicos y el empleo". Sobre los grandes eventos, aconsejó "evitar propuestas cimentadas en humo, que solo producen melancolía".

Por parte de los grupos del gobierno, Carlos Pérez Anadón (PSOE) y Manuel Blasco (PAR) dieron otra versión. Carlos Pérez acercó su discurso al de Belloch, mientras que Blasco destacó la importancia de la buena sintonía de los dos partidos en el poder municipal -Belloch, más adelante, le recogería el guante diciendo que su pacto "es con el señor Blasco, no con el PAR"-. El portavoz aragonesista, al estilo Belloch, hizo una larga enumeración de datos, hitos y logros de las áreas de su competencia: Fomento, Turismo y Deportes.

La oposición perdió fuelle en las réplicas. Serrat bajó el tono cuando llegó la hora del cuerpo a cuerpo, sin pegada y reiterativa, mientras que Martín tiró de citas y metáforas y Alonso solo nombró las cuñas que ha logrado introducir en la gestión municipal. Así, a Pérez Anadón y a Belloch les quedó una última intervención para, gustándose, 'criticar las críticas'. Lo tuvieron fácil para despedirse del pleno con la sensación de haber salido vivos. Aún tuvieron tiempo para agradecimientos y buenos deseos: "Estaré encantado de que sea la candidata del PP", le dijo Belloch a Serrat.