Las parameras de Pozondón y Rodenas: turismo ornitológico y conservación de aves

La especie más destacada de la zona es la alondra ricotí, que en toda Europa solo vive en la Península Ibérica. Se la conoce como “el fantasma del páramo”, por su escasez y discreción.

La alondra ricotí es la especie más destacada de las parameras de Pozondón y Rodenas. SEO Birdlife La alondra ricotí es la especie más destacada de las parameras de Pozondón y Rodenas.
La alondra ricotí es la especie más destacada de las parameras de Pozondón y Rodenas. SEO BirdlifeLa alondra ricotí es la especie más destacada de las parameras de Pozondón y Rodenas.
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Terreno llano, yermo, desabrigado, y generalmente elevado. Es la definición de páramo, un espacio natural que coloquialmente se conoce como secarral pero que, en muchos casos, esconde una riqueza biológica que los hace únicos. Así sucede en las parameras de Pozondón y Ródenas, dos localidades de la Sierra de Albarracín que, entre otros atractivos, también son destino de aficionados a la ornitología.

El tesoro oculto de este lugar es la alondra ricotí, conocida, no en vano, como “el fantasma del páramo”. Se trata de una especie de ave pequeña, única y que escasea, ya que en toda Europa solo se encuentra en hábitats de la Península Ibérica. Su apodo se debe a que, además de no abundar, son esquivas y no se dejan ver con facilidad. No es de extrañar que, con estas características, la alondra ricotí levante pasiones entre el turista ornitológico tanto nacional como internacional.

Las parameras de Pozondón y Ródenas son ecosistemas caracterizados por las planicies altas, azotadas por el cierzo y cubiertas por arbustos de sabinar rastrero. Así, además de la alondra ricotí, en esta zona viven otras especies de avifauna esteparias. La zona se puede recorrer por libre, aunque se recomienda contar con un guía o intérprete ambiental conocedor del páramo para no perderse nada. En cualquier caso, desde Turismo de la Sierra de Albarracín proponen una ruta desde Pozondón, apta para todos los públicos.

Ruta desde Pozondón

La ruta comienza en la localidad de Pozondón, dejando el vehículo en la plaza frente al Ayuntamiento y Centro Social. Desde este punto hay que dirigirse a las eras altas del pueblo, donde aparecerá la cartelería que indica el sendero de Pequeño Recorrido PR-TE-134, señalizado con marcas blancas y amarillas, que une Pozondón y Rodenas. El primer tramo discurre por las estribaciones del páramo, en unos terrenos propicios para observar a la collalba gris que, tras pasar el invierno en el África subsahariana, viaja hasta estas zonas abiertas para criar. Se distingue por ser de colores blancos, grises y negros.

Más adelante, la ausencia de árboles deja paso a la aparición de las sabinas rastreras, unos arbustos conocidos en la zona como “chaparras”. Entre ellos es donde se esconde la alondra ricotí que, pese al parecido con el resto de especies de su familia, se diferencia por su pico desproporcionadamente largo y curvo. No es fácil de ver pero sí se puede oír su característico canto, que termina en un silbido aflautado y que es exclusivo de esta especie.

En cuanto a la vegetación, en esta zona también hay unos arbustos de carácter pinchudo, conocidos popularmente como cojines de monja y que sirven de hogar a la tarabilla europea, un pájaro que vive aquí todo el año y que destaca por una vistosa coloración tricolor de negro, blanco y naranja. Más adelante, esta especie vegetal da paso a otro arbusto alto y denso, el enebro. En esta zona se puede observar a la curruca rabilarga, con su larga cola y su característico ojo rojo.

La ruta continúa en ascenso, con vistas a la ermita de los Santos de la Piedra, el punto más alto del itinerario, a 1.556 metros. El bisbita campestre, un pájaro de pico largo y colores ocres con puntos negros en los laterales, tiene su refugio en esta zona del páramo. Para regresar al punto de inicio, habrá que flanquear la ermita por el norte y caminar siguiendo las indicaciones. Antes de llegar, sobre todo al atardecer y en la zona más abierta, se puede escuchar al mochuelo europeo.

El itinerario es circular y son casi 12 kilómetros en total. Aunque es apta para todos los públicos, se recomienda mirar antes las previsiones del tiempo, así como llevar alguna guía o aplicación de identificación de aves, además de gorra y protección solar. Por respeto a la fauna, se pide no salir de los caminos, gritar o alterar a las aves, y tampoco llevar perros sueltos, ya que en época de cría pueden hacer perder nidadas.

Proyecto ‘El despertar del páramo’

Para promover el turismo ornitológico en la zona así como para contribuir a la conservación de este espacio natural y, en especial, de la alondra ricotí, existe ‘El despertar del páramo’. Se trata de un proyecto diseñado por Turismo Sierra de Albarracín y la Asociación Micorriza, con la colaboración de Casa rural Espigas Altas, en cuyo seno se organizan charlas y otras actividades durante todo el año. Su objetivo es dar a conocer a la población local los valores intrínsecos del páramo e involucrarla en la conservación del mismo como hábitat de la alondra ricotí.

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